Las eventuales hipótesis del accidente del C130 de la FACH en el paso Drake

En distintos medios nacionales e internacionales comienza a surgir información de carácter técnico sobre diferentes hipótesis, que podrían explicar las causas eventuales del accidente, ocurrido el lunes 9 de diciembre al avión C-130 Hércules, mientras viajaba en dirección a la base antártica Presidente Eduardo Frei de la Fuerza Aérea de Chile.
Este avión fue construido por la empresa estadounidense Lockheed Martin, prestó servicio desde 1978 para la Fuerza Aérea de EE.UU. y luego en el cuerpo de Marines hasta 2008. En 2012 fue adquirida por el Estado de Chile por un costo de 7 millones de dólares. Tras ser revisado y reacondicionado, a mediados de abril de 2015 llegó a Chile, donde fue matriculado con el número 990.
Es decir, este avión C130 tenía 40 años desde que fue construido.
Actualmente existen cerca de 2.000 aparatos C-130 operando en prácticamente todas las Fuerzas Aéreas del mundo occidental.
Su alta versatilidad, extenso tiempo de operación haciéndole las modernizaciones necesarias y la posibilidad de aterrizar en pistas de todo tipo lo han transformado en una especie de “bodega aérea” indispensable para paracaidistas, aprovisionamiento aéreo e incluso carga de combustible. El Lockheed C-130 Hercules es un avión de transporte táctico medio-pesado, propulsado por cuatro motores turbohélices, fabricado en EEUU.
Son escasos los accidentes sufridos por este avión.
El accidente ocurrido en Chile, es el más grave registrado en una de estas aeronaves desde 2002, cuando otro avión del mismo tipo se estrelló en California combatiendo un incendio, lo que ha despertado la expectativa y preocupación entre las fuerzas aéreas que lo utilizan.
Una de las hipótesis puede ser el cortocircuito o “apagón total»
Llamó la atención la pérdida de comunicación total por parte de la nave y, más aún, que no se activaran las balizas de emergencia que debe emitir cualquier aeronave cuando cae. El blackout o apagón total del sistema eléctrico explicaría por qué el comandante, los dos pilotos y los dos ingenieros de la nave se quedaron sin apoyo instrumental ni comunicaciones.
Esto habría hecho que toda la maniobrabilidad del avión recayera simplemente sobre la mecánica propia de la nave, permitiendo igual un eventual amerizaje, pero sin la posibilidad de establecer comunicaciones e, incluso, imposibilitando la activación automática de las balsas de supervivencia.
La hipótesis de una grieta atípica en la zona de las alas del avión.
En Agosto de 2019, la general de la Fuerza Aérea estadounidense, Maryanne Miller, decidió que 123 ejemplares de los Hércules C-130 no volvían a despegar hasta nuevo aviso. Algunas naves presentaban “grietas atípicas” en la base de las alas, por lo que se retiró de circulación a casi un tercio de la flota compuesta por 450 disponibles.
El Air Mobility Command (AMC), o Comando de Movilidad Aérea, una de las unidades más importantes de la Fuerza Aérea de Estados Unidos, decidió consultar con expertos en mantención e ingenieros para determinar que las aeronaves debían quedar en tierra. Un estudio del Penn State Applied Research Laboratory detectó el punto estructural de donde nace la fisura.
La hipótesis del factor humano en el accidente.
Estadísticamente, una gran mayoría de los accidentes aéreos se deben a factores humanos y no desperfectos propios de la máquina. En el caso del accidente del C130 de la FACH se considera el dato objetivo que el Comandante Ítalo Medina y el Piloto Héctor Castro sumaban, en conjunto, 5000 horas de vuelo en este avión.
Inclusive, el 24 de septiembre pasado, el propio Ministro de Defensa de Chile fue testigo en Estados Unidos, durante el Ejercicio Mobility Guardian 2019 en la Base Fairchild –uno de los más importantes del mundo-, de los galardones que la dupla recibió tras su demostración de destrezas en el ejercicio.
Sin embargo, las estadísticas de accidentes aéreos son categóricas. La posibilidad de un error humano es la de mayor preponderancia al momento de investigar un accidente aéreo.
