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Al gato no le conviene sacar las castañas – Víctor Maldonado – Opiniones

Al gato no le conviene sacar las castañas – Víctor Maldonado – Opiniones

Víctor Maldonado R.

Desde el mundo municipal ha aparecido, de manera un tanto intempestiva, la propuesta de aplazar la elección de gobernadores regionales. La propuesta tiene problemas de forma y de fondo, además de afectar la creciente influencia que las autoridades locales están teniendo en el país.

Las razones de forma no pueden ser pasadas por algo. Se parte de una situación de lo más normal, pero que se ve superada por el modo en que se anuncia. En una reunión de directorio de la Asociación Chilena de Municipalidades se plantean las dificultades que se observan para implementar la elección de gobernadores. Se anuncia la elaboración de un documento al respecto. Se le comunica al Subsecretario Subdere de las aprehensiones.

De inmediato se da a conocer la noticia, que se presenta a los medios como una decisión ya tomada, en vez de como el inicio de un proceso de deliberación interna. El gobierno se apresura a decir que tomará en cuenta la posición de los alcaldes. De inmediato aparecen las voces de autoridades locales que no estaban enteradas de la situación. Cada cual empieza a tomar decisiones a favor o en contra. De manera que se entra a un debate en un ambiente confuso.

Se combina aquí una presentación correcta y otra errada de abordar el tema, lo que es muy peligroso.

Lo correcto, una vez que se decide institucionalmente la presentación, consiste en pedir que se evalúe el grado de cumplimiento del calendario político administrativo de medidas, que debieran estar listas, previo a la implementación de las elecciones. Si el gobierno reconoce una falla en sus obligaciones, entonces la discusión se realiza sobre datos objetivos.

La forma incorrecta consiste en argumentar en contra de la decisión de llevar adelante el proceso, tal como fue aprobado en el Parlamento. La argumentación en cuestión es, obviamente, la misma que empleo la derecha durante el debate en el Congreso. En ese caso resultó derrotada con todo y argumentación.

Adoptar este enfoque es un error de magnitud. Pone a los parlamentarios de oposición contra la espada y la pared. Significa que tendrían que arrepentirse de la votación que aprobaron. Darles la razón a sus adversarios. Y concederle toda la posibilidad al gobierno para sacar las castañas con la mano del gato.

Por supuesto, no lo van a hacer. Sería ridículo. ¿Por qué tendrían que desdecirse ellos, cuando el que tiene que dar explicaciones por sus faltas es el gobierno? Alguien está cometiendo aquí un error de proporciones.

Divide a los alcaldes, divide a la oposición en el parlamento y le regala una excusa al gobierno. La maniobra no es mala: es burda. Es evidente que el gobierno se recetó a sí mismo provocar una petición que necesitaba que anhelaba recibir (las castañas) a través de alcaldes (el gato), quienes no necesitaban priorizar este tema frente a los ciudadanos. Todo a cambio de nada.

Lo que le permite a los alcaldes y concejales son los acuerdos transversales establecidos en instancias regulares, después de debatir hasta alcanzar un entendimiento. Mucho más se conseguiría concentrándose en una agenda de seguridad ciudadana como parte de la agenda social. Todos estarían detrás.