Sugiero que nos demos prisa – Víctor Maldonado – Opiniones
Sugiero que nos demos prisa
Víctor Maldonado R.
Hay ocasiones en que el transcurrir del tiempo se acelera y hay que darse cuenta de ello lo antes posible. El pacto entre oposición y gobierno está bien avanzado; en los planes, anticipados por sus protagonistas, este fin de semana se estaría en condiciones de darle luz verde.
Hay que darse cuenta de que el fin de semana está quedando demasiado lejos y que es importante ponerle premura al proceso y finiquitar pronto los preparativos.
Las negociaciones no son lo único que avanza, también lo hace un malestar cada vez más sensible a los errores que se cometen. Pero mientras el malestar sólo puede crecer en las actuales circunstancias, las posibilidades de acuerdo tienen un espacio acotado para tener éxito. Esto se está asemejando a una carrera entre el malestar y el acuerdo. Ganará el que se adelante.
No se trata sólo de que quienes participan en las tratativas sean buenos negociadores, sino que perciban que, a su alrededor, el ámbito disponible para seguir operando se empieza contraer a ritmo acelerado.
Este es el momento de entregar noticias que tengan aliento y esperanza, lo que sólo puede provenir del ámbito político y social. La pandemia y su manejo pasan por un su peor momento. Cambiar el conteo de casos, por ejemplo, ha producido que las cifras suban y la confianza en la efectividad de las autoridades baje.
Si el malestar social se canaliza hacia a un descontento con el manejo de la pandemia, estaremos en el peor de los mundos. Es muy importante que el gobierno advierta que se encuentra ante un gran peligro y que tiene que conjurarlo desde ya.
El oficialismo no puede tener tan mala memoria como para pasar por alto algo que es una evidencia desde el estallido social: ninguna falta quede impune y las cuentas se están cobrando en esta vida y en este rato.
La oposición ha realizado un llamado público a concretar el acuerdo, es un gesto que llega en el momento justo, no lo hace por casualidad y sería temerario desaprovecharlo.
No hay que perder de vista que el acuerdo entre la oposición y el gobierno va a valer por su pertinencia en enfrentar la crisis, más que por su representatividad o por lo participativo de los procedimientos empleados para completarlo.
La oposición no ha encontrado un punto intermedio óptimo entre informar cómo va la negociación a sus adherentes y llegar al mejor resultado posible en las conversaciones en curso.
Una cosa es transparentar el estado de avance de un proceso y otra publicitar las propuestas específicas. El camino escogido por la oposición de explicitar sus peticiones no era el mejor camino a disposición. ¿Qué se saca con reclamar la autoría de medidas sensatas, si el hacerlo obliga al oficialismo hacer algo diferente para no aparecer como sometido a su contraparte?
El que crea que con esto se ha dado un paso adelante está muy equivocado y lo más probable es que continúe cometiendo errores. Razón demás para concluir luego, antes que la exhibición innecesaria de los puntos defendidos por cada cual se lleve por delante a la negociación misma.

