El objetivo político determina la negociación – Víctor Maldonado R. – Opinión

El objetivo político determina la negociación –      Víctor Maldonado R. – Opinión


 
 
Es un hecho que la oposición se presentará en varias listas a la Convención Constitucional. No pocos se desconciertan al comprobar que los llamados a la unidad se realicen en paralelo el anuncio de una lista específica de izquierda.
 
Cada cual está afirmando su propia línea estratégica a todo evento. Quienes primero se inscribieron en el Servel, con sus candidaturas a gobernadores regionales, no hacen sino ratificar el curso de acción ya emprendido.
 
Aquí se tiene como una preocupación básica no regalar a los otros la prestigiosa convocatoria a la unidad, pero el esfuerzo principal se pone en jugarse por un perfil propio considerado imprescindible para liderar al conjunto de la oposición.
 
Quienes hacen el llamado a la unidad, en el fondo, quieren decir que son aquellos que se juegan por convocar a todos aun en las peores circunstancias. Lo que desean es mostrar el contraste de dos actitudes muy diferenciadas.
 
En las actuales condiciones, la oposición lograría su mejor desempeño viable si presentara dos listas principales. Para hacerle la vida más difícil a los electores, esto no significa que sea las únicas listas, habrá otras. Sin embargo, lo que la oposición debe evitar a toda costa es dividirse en tres tercios. Eso provocaría un verdadero desastre en la representación de la mayoría ciudadana en la Convención Constitucional.
 
Ha llegado la ocasión en se requiere es algo más que táctica electoral o sacar buenos cálculos numéricos. No es que nadie entienda el sistema con el que se eligen los convencionales, que no es otro que el tradicional aplicado en Chile. Tampoco se trata de solucionar grandes diferencias programáticas, puesto que la Fundación Chile 21 ha mostrado que las coincidencias en este nivel son amplias.
 
Las diferencias son políticas, más específicamente de confianza y convivencia política, y deben ser procesadas ahora para tener un buen entendimiento en un largo proceso que sigue. No por nada Unidad Constituyente no ha vuelto a reunir a sus equipos negociadores. Esto implica que las diferencias no están en la identificación de porcentajes o la definición de representaciones equilibradas, materias en las que no se han registrado discrepancias de importancia.
 
Ya no se trata de negociar espacios para partidos, ahora lo que se necesita es concordar un área privilegiada para el trabajo conjunto, lo que implica aceptar limitaciones en la competencia para mejorar el buen trato mutuo.
 
La presentación de más de una lista no debe ser considerada el permiso para una dispersión general. La mayor unidad posible en un momento determinado no es la mayor unidad teórica, que es lo que todo el mundo le agradaría, pero que resulta lo más difícil de conseguir. En la Constituyente deben confluir los mismos que quieren ser alternativa de gobierno, por lo tanto, la mayor prueba política a superar es el entendimiento entre la socialdemocracia y el PDC.
 
El objetivo político principal determina la negociación y no al revés. Este no es un entendimiento simplemente electoral es, sobre todo, la construcción de un pacto que dé gobierno y gobernabilidad al país y eso se mira con ojos de largo plazo y requiere de la mayor responsabilidad política de la que seamos capaces.