Acciones positivas en pos de una nación más democrática, pluralista e inclusiva – Nieves Rain – Opinión

Cuando hablamos de paridad de género, es imperativo la inclusión de las mujeres en la vida social, económica y política de nuestra nación.
En este Chile republicano, las mujeres representan el 51, 1 % de la población, pero su representación en el poder Ejecutivo es de 34%, en el Congreso es de 23%, en las alcaldías es de 19 % y en directorios de empresas alcanza al 8% aproximadamente.
Según cifras oficiales el porcentaje de mujeres jefas de hogar es de casi 2.400.000 personas y representan el 42% del total en Chile y de estos hogares el 77% son monoparentales, es decir solo están a cargo de mujeres. Pensemos que cada una de estas Jefas de Hogar tiene a su cargo hijos e hijas y otros familiares, por tanto las decisiones políticas, que dicen relación con todos los aspectos sociales las afectan a ellas y su entorno inmediato.
Con asombro encontré que en la cámara de diputados, se modificó por un concepto más inclusivo y hoy es cámara de diputados y diputadas, sin embargo ello no da cuenta de la necesaria paridad de género, en su composición Por otro lado el Senado, tiene un presidente del Senado, que por cierto hoy conduce una mujer, en lo conceptual esta institución solo tiene senadores.
Considerando que las capacidades están distribuidas en igual medida entre las personas, cuál será la explicación que daremos, por esta falta de equidad para las mujeres, en materias participación política y en la toma de decisiones donde se discuten temas tan relevantes como el uso y distribución de los recursos de todos y todas las chilenas y que administra el Estado. Que hoy además con la pandemia, sabemos que ha sido un punto crítico a este gobierno, cuando esta distribución tiene tantos obstáculos.
La representación en los diferentes espacios políticos debe avanzar en acciones positivas en pos de una nación más democrática, pluralista e inclusiva, por ejemplo:
Que los partidos políticos tengan cuota de género, resulta insuficiente si no se tiene la misma posibilidad de ser elegida, por tanto el congreso debe dar cuenta de la población que representa, es decir el 50% deberían ser mujeres y un 50% hombres. Este nuevo orden institucional ya garantiza algo de la participación política de las mujeres, en la toma de decisiones tan relevantes como la legislación.
Mencionar que también deberíamos incluir pueblos originarios, migrantes, población trans, por mencionar algunos. Incluir escaños reservados no es una dadiva, a estos sectores, es la necesidad de ser justos con aquellas personas que han sido vulneradas en sus derechos y discriminados por su origen.
Promover la participación política de las mujeres y los grupos históricamente discriminados, tanto por su orientación, disidencia o no conformidad.
Que sea obligatorio mencionar las nociones de mujer y niña, en cada documento oficial, ya que el lenguaje social y jurídico, crea realidades y el mencionar estos conceptos las visibiliza en materia de derechos para ellas.
En las universidades, asegurar cupos para mujeres, ya hay entidades de educación superior, que avanzan con éxito en esta materia. Insisto en el concepto de grupo olvidado y vulnerado por el Estado.
Asegurar el derecho a la salud y un tema de ellos es la salud sexual y reproductiva, que no dependa de gobiernos de turnos, con sus prejuicios y convicciones que se inmiscuyen en decisiones personales, vulnerando nuestros derechos. En este sentido el Estado debe garantizar condiciones para que las mujeres puedan tomar decisiones sobre su salud y sexualidad.
Se necesita una política estatal que incorpore a la mujer al campo laboral, con empleos seguros y en igualdad de condiciones salariales, con mecanismos que terminen con esta brecha.
Considerar en el sistema de protección, a las mujeres que realizan trabajo doméstico y/o labores de cuidado no remunerados.
En resumen las mujeres, son en este país el 51,1% y sin embargo tienen menos libertades, menos recursos económicos con sueldos aún por debajo de hombres para los mismos puestos de trabajo, menos accesibilidad a la educación, y menor representación y participación en puestos de poder de orden político y económico.
Es necesario y justo asegurar el acceso al poder, para hacer los cambios estructurales que beneficien a toda la población chilena.
Nieves Rain Cayun
Profesora
Correo: nievesrain@gmail.com
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