El nudo del problema constitucional en el Chile actual | Manuel Luis Rodríguez | Opinión
El resultado del plebiscito de salida del proceso constituyente del 4 de septiembre pasado, con el masivo rechazo a la propuesta constitucional de la Convención, abre un nuevo momento político de importancia en nuestro país.
El proceso constituyente no ha concluido, entra en una nueva fase.
El rechazo de la propuesta de la Convención no clausura el proceso constituyente, pero representa un elemento significativo del análisis crítico y autocrítico que deben hacer las fuerzas políticas en presencia: la voz de la ciudadanía, aunque sea en el contexto distorsionado de una campaña desigual y agresiva, deberá ser escuchada por los actores políticos que tomarán la decisión, en el seno del Congreso como poder constituido, para dar continuidad al proceso constituyente.
Los actores políticos se encuentran en un momento de crisis de legitimidad y, al mismo, se han sentido llamados a resolver la crisis política en curso, crisis de la que ellos son también parte y factor causal. En esta hora de reflexión ningún actor político puede olvidar que en democracia todo poder y toda representación es un mandato que proviene de la ciudadanía que los eligió.
El nudo del problema constitucional en el Chile actual, es político, es decir, es una cuestión que toca a las instituciones, que concierne directamente a la ciudadanía y que los actores políticos, partidos y movimientos, deben resolver «con dos oídos»: escuchando atentamente al pueblo y a la vez, atendiendo a la estabilidad de las instituciones democráticas, así como las urgencias de la gestión pública.
«Es el pueblo el que hace la Constitución» escribía un famoso pensador del siglo XIX y en este siglo XXI, una vez más, todo problema constitucional es en esencia un problema político, en el sentido que no basta con las opiniones de especialistas del derecho o del derecho constitucional, ni de sociólogos o psicólogos sociales, sino entendiendo que los especialistas se ponen al servicio de una cuestión política, es decir, de las instituciones y normas que rigen el ejercicio del poder.
Desde el inicio del proceso constituyente realizado por el gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet en 2016 quedó en evidencia que los chilenos quieren resolver su conflicto constitucional, mediante el pleno ejercicio de las libertades democráticas, es decir, quieren cambiar la Constitución del siglo pasado mediante las herramientas e instituciones de la democracia.
No se trata de nuevas reformas a las reformas ya reformadas.
El viejo armatoste de la Constitución de 1980, reformada, modificada y arreglada a lo largo de cuarenta años de innumerables maquillajes, mantiene sin embargo, sus ejes valóricos y doctrinarios fundamentales: un Estado subsidiario al servicio del mercado y de un modo de desarrollo neoliberal.
El itinerario que se adopte en el actual período de debate político en el Congreso, responderá sin duda a la urgencia de adoptar una decisión que ordene y canalice la demanda constituyente del pueblo, en correspondencia con el resultado del plebiscito.
La futura nueva Constitución entonces, no será desde una página en blanco.
El nudo político de la contienda constitucional de hoy en Chile, es que una amplia mayoría de la ciudadanía reclama una nueva Constitución y rechaza la Constitución del siglo pasado y que, en este contexto, el poder constituyente vuelve a su detentor originario, para que sea la nación en forma democrática, la que decida en primera y ultima instancia, cuál será el marco constitucional que regirá el país en el futuro.
El pueblo, el poder constituyente originario, deposita la expresión de dicho poder, en un órgano legislativo provisorio cuya función principal es redactar una nueva Constitución, órgano legislativo en quién reside un poder constituyente derivado. El nuevo texto constitucional vuelve entonces al poder originario, mediante el ejercicio del plebiscito.
En el futuro, cuando se lean los libros de Historia, quedará escrito quienes arrastraron el carro político hacia el pasado o lo dejaron clavado en el presente, y quienes miraron hacia el futuro.
Manuel Luis Rodríguez U.
Punta Arenas, septiembre 13 de 2022.-

