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Más de 300 personas en jornada «Aprendamos a hablar de Salud Mental» organizada por SEREMI Salud Magallanes

Más de 300 personas en jornada «Aprendamos a hablar de Salud Mental» organizada por SEREMI Salud Magallanes


Con una gran convocatoria se desarrolló la jornada “Aprendamos a hablar de salud mental”, organizada por la Seremi de Salud de Magallanes en el marco del Día Mundial de la Prevención del Suicidio.
Se trató de una instancia online en la que participaron más de 300 personas de diferentes puntos de Magallanes, donde se analizó la situación de salud mental y la conducta suicida, indicadores, y acciones y estrategias implementadas para su abordaje. Estuvo destinada a equipos de la red pública de salud de la región, integrantes de las mesas de prevención de suicidio, de emergencia y desastres, y de la red mejor niñez.
El Día Mundial de la Prevención del Suicidio se conmemora el 10 de septiembre de cada año y es un día impulsado por la Asociación Internacional para la Prevención del Suicidio (IASP) y copatrocinado por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Dentro de este marco, el programa de salud mental de la Seremi de Salud, con la finalidad de profundizar sobre la importancia de la salud mental y la prevención de la conducta suicida, organizó esta jornada que contó con la exposición del psiquiatra Alberto Larraín Salas de la fundación Pro Cultura.

La Seremi de Salud Francisca Sanfuentes, al dar inicio a la actividad, destacó la gran convocatoria de la jornada, recalcando que la salud mental es un área de nuestras vidas que requiere ser visibilizada, por lo que es importante conversar sobre esta temática. “Las patologías del área de salud mental impactan diariamente a muchas personas y particularmente la prevención del suicidio es una temática que después de más de dos años de pandemia, con todo el impacto que esto ha significado en nuestra calidad de vida y forma de relacionarnos, ha adquirido aún más relevancia. En ese sentido, uno de los factores fundamentales y que es el primer paso para poder prevenir y dar una respuesta adecuada, es hablar, porque por muchos años los temas de salud mental, y particularmente el suicidio, han sido bastante tabú. No son temas que se conversan en general en la familia, en las escuelas y en los lugares de trabajo, y lo que no conversamos y lo que no vemos, no lo podemos abordar. Y como dice el nombre de esta jornada, hablar de salud mental es el primer paso para que lo podamos abordar de una mejor manera, con mayores conocimientos, y conocer las acciones que nos permitan prevenir y detectar a tiempo los casos de mayor riesgo”.
La Organización Mundial de la Salud plantea que la salud mental se relaciona con la capacidad de los individuos de responder al estrés de la vida cotidiana, por lo que su abordaje es esencial para lograr bienestar en los individuos y las comunidades.
Con la pandemia por Covid-19, las problemáticas de salud mental han ido en alza. Lo anterior queda reflejado por ejemplo en los resultados del “Termómetro de la Salud Mental en Chile” realizado por UC y ACHS en abril del 2021. En este estudio se evidencia que el 23,6% de los/as chilenos/as presenta sospechas o problemas de salud mental y el 45,9% evalúa que su estado de ánimo es peor o mucho peor comparado con antes de la pandemia, lo que se transforma en un problema en aumento.

De acuerdo a lo anterior, resulta fundamental profundizar sobre una temática de salud mental que ha ido en aumento en nuestro país, como lo es el suicidio. Cada caso de suicidio es una tragedia que afecta gravemente no sólo a los individuos, sino también a las familias y las comunidades.

Cada año, a nivel mundial más de 700.000 personas se quitan la vida tras numerosos intentos de suicidio, lo que corresponde a una muerte cada 40 segundos. En Chile, según datos del Ministerio de Salud, 1.800 personas mueren anualmente por esta causa y por cada uno de ellas, alrededor de 20 personas realizan un intento suicida. En el plano regional en el año 2021 hubo 283 intentos de suicidios de los cuales 22 fueron consumados. Dentro de este grupo destaca la población de entre 10 a 19 años como grupo con mayor prevalencia, lo cual evidencia la necesidad fundamental de poder educar y orientar sobre medidas preventivas de la conducta suicida desde temprana edad.