El calendario anual de las alzas de precios | Opinión
La verdad de la economía se encuentra en el bolsillo de los ciudadanos consumidores, en los hombres y mujeres que a diario concurren al mercado, o sea a almacenes y supermercados para hacer las compras diarias, semanales o mensuales.
Las justificaciones para las alzas de precios -que todos ven en televisión- exceden los límites de la fantasía: la guerra en Ucrania, las fuertes heladas del invierno, el excesivo calor y sequía del verano, los temblores de la zona norte, las gallinas que se niegan a poner huevos, la falta de agua de riego para los paltos, el alza del precio del dólar, los temblores de la zona sur, las fuertes lluvias e inundaciones del otoño, el cambiante precio del petróleo, los incendios forestales del verano…
Y cada año observamos un calendario repetido y constante de alzas de precios que necesariamente golpean el bolsillo de los consumidores y las familias.
En las últimas semanas de febrero se produce el alza de los precios de los uniformes, el calzado y los artículos escolares que llevarán los estudiantes en marzo. Cada año se viene marzo, con alzas de precios.
En los días previos a la festividad religiosa de la Semana Santa durante abril, suben invariablemente los precios de los mariscos y pescados e incluso de los limones. No les extrañe que la carne de vacuno no sube en los días previos al denominado «viernes santo».
Desde fines de agosto y principios de septiembre, comienzan a subir los precios de las cebollas, de la carne, del mote con huesillo, anticipando el consumo masivo de las Fiestas Patrias. Y obviamente, cada año el precio de las empanadas y los anticuchos suben en fondas y ramadas.
En las primeras semanas de diciembre comienzan a subir los precios de la carne de pavo y de los ingredientes para el Pan de Pascua, así como de los adornos, árboles artificiales y luces para Navidad.
Y a fines de diciembre, suben los precios de los productos y artículos para las vacaciones, desde los bloqueadores solares, hasta los bikinis, las toallas y las zapatillas de playa.
Manuel Luis Rodríguez U.
