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No hay recuperación si se llega siempre tarde | Víctor Maldonado | Opinión

No hay recuperación si se llega siempre tarde | Víctor Maldonado | Opinión

 El gobierno termina por tomar las decisiones clave, pero, debido a su composición interna, ocurre que alcanzar un acuerdo le toma demasiado tiempo. Por este motivo, casi se puede garantizar que llega a resolver un asunto importante tarde, mal y después de lo que se necesitaba.
 Sus actores no notan el retardo que provocan porque están intensamente involucrados en las tratativas internas y confunden actividad con efectividad.
 Los partidos se niegan a adaptarse a las necesidades de ejercer el gobierno y, más bien, esperan que sea el gobierno el que debe adaptarse a su ritmo. Es esta exasperante costumbre la que le otorga a la izquierda la característica reactiva de sus acciones. Una tortuga artrítica no luce en ninguna pista de atletismo.
 Un bien intencionado observador puede considerar que se trata de una exageración, pero pronto podrá comprobar que no tiene respuestas a las interrogantes más básicas: ¿cuál es la estrategia oficialista para enfrentar las elecciones del próximo año?, ¿cuál es la agenda compartida de proyectos legislativos?, ¿cuáles son los acuerdos internos en seguridad nacional? Verá que la anticipación es lo que está más ausente de la acción oficialista.
 No son pocos los partidos de gobierno que actúan como si su responsabilidad última consistiera en representar hasta el final sus puntos de vista. No es así. Su tarea fundamental consiste en establecer los márgenes en los que puede ceder para llegar a una posición común, junto al resto de la base de apoyo de gobierno.
 Cada cual es como es. La diferencia entre los defectos de la derecha y los imitadores arribistas de la derecha es que los primeros se comportan como patrones de fundo teniendo fundo y los otros, no.
 La diferencia en la izquierda entre los que se toman la política en serio y los que no pueden superar su impenitente superficialidad es que los primeros se saben representantes de una causa que los obliga a superar sus defectos.
 Los otros saben tan poco que creen estar inaugurando la historia. Careciendo de puntos de referencia, pese a todo, mantienen un sentimiento de superioridad. Están convencidos de ser los primeros a los que se le ocurren las cosas y que tener razón lo traen impresos en sus genes. Qué le van a hacer, son así por selección natural. No son darwinistas, se creen Darwin.
 Mantener una autoimagen de estas características requiere un notable aislamiento de la vida corriente y un encierro sin ventanas en un grupo de referencia al que le no importa muy poco lo que suceda tras sus fronteras.
 El gobierno no puede enfrentar simultáneamente el freno que le impone la derecha en el Parlamento y el que le impone la permanente falta de acuerdo en sus coaliciones. La única forma de reaccionar con responsabilidad es autoimponiéndose límites al debate interno y acordar definir por mayoría los temas conflictivos para evitar la ausencia de definiciones.
 Cuando la actividad política se intensifica, llegar tarde es no llegar. El gobierno pasa mucho más tiempo a la defensiva que adelantándose a los acontecimientos. Más que por un tema de gestión es porque su base de apoyo política parece tener el lema “gobernar es discutir”. Bueno, eso es discutible.