En Magallanes iniciaron los diálogos regionales para apoyar contribución de Chile a la meta 3 del Marco Global de Biodiversidad

En Magallanes iniciaron los diálogos regionales para apoyar contribución de Chile a la meta 3 del Marco Global de Biodiversidad

El Ministerio del Medio Ambiente (MMA), con apoyo de WWF Chile y del Fondo para el Medio Ambiente (GEF), inició en Punta Arenas los talleres participativos de levantamiento de información para apoyar el cumplimiento de la meta de conservar el 30% de los ecosistemas al 2030. Estas instancias se realizarán en todas las regiones del país. 

El Ministerio del Medio Ambiente -con apoyo de la organización de conservación WWF Chile y el Fondo para el Medio Ambiente (GEF)- inició un trabajo participativo en las 16 capitales regionales del país. El objetivo es recoger los intereses y particularidades de cada región como parte del proceso de planificación nacional para alcanzar la Meta 3 del Marco Global de Biodiversidad (MGBD) post 2020, de manera inclusiva y efectiva.  

Las instancias de participación, buscan convocar a diversos actores regionales, incluyendo representantes de servicios públicos, comunidades locales, pueblos originarios, la comunidad científica, organizaciones de la sociedad civil, iniciativas privadas de conservación y del sector privado. 

Estas acciones forman parte del proyecto global GEF-7 «Plan Nacional para un Enfoque de Conservación Inclusivo y Eficaz para Alcanzar la Meta 3 del Marco Global de Biodiversidad», en el cual WWF Chile actúa como entidad implementadora, y que se lleva a cabo en Chile y en otros cinco países: México, Ecuador, Namibia, Nepal y Zimbawe.

La ministra Maisa Rojas comentó que “estamos dando inicio a un ciclo de talleres regionales que busca levantar miradas regionales y locales sobre los desafíos de protección de la biodiversidad, para la actualización del plan nacional de áreas protegidas y la formulación de la propuesta de Hoja de Ruta 30×30”.  

En específico, la Meta 3 del MGBD -llamada coloquialmente 30×30- establece “garantizar y hacer posible que, para 2030, al menos un 30 % de las zonas terrestres y de aguas continentales y de las zonas marinas y costeras, especialmente las zonas de particular importancia para la biodiversidad y las funciones y los servicios de los ecosistemas, se conserven y gestionen eficazmente mediante sistemas de áreas protegidas ecológicamente representativos, bien conectados y gobernados equitativamente y otras medidas de conservación eficaces basadas en áreas, reconociendo, cuando proceda, los territorios indígenas y tradicionales, y que estén integradas a los paisajes terrestres, marinos y oceánicos más amplios”. Lo anterior, asegurando paralelamente “que toda utilización sostenible, cuando proceda en dichas zonas, sea plenamente coherente con la obtención de resultados de conservación, reconociendo y respetando los derechos de los pueblos indígenas y las comunidades locales, incluidos aquellos relativos a sus territorios tradicionales”.

Por su parte, la Seremi del Medio Ambiente, Daniela Droguett Caro destacó que “en Punta Arenas comenzamos con los talleres a nivel nacional y uno de los temas que salió, fue la importancia de resguardar aquellos ecosistemas que no se encuentran tan protegidos, como la estepa magallánica que está subrepresentada y ese es un desafío que tenemos como región para trabajar. Por otro lado, pudimos constatar las mejoras que trae consigo la reciente promulgación del Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas (SBAP) y del Sistema Nacional de Áreas Protegidas, porque representa coordinación y mayor gestión efectiva en el territorio”.

Fiorella Repetto, Directora de Torres del Paine Legacy Fund, indicó que en su mesa pudieron acordar “la brecha existente en la región, porque existe mucha representatividad de los ecosistemas, pero no existe una gestión adecuada. Las áreas no se están conservando y hay muchas figuras de conservación que son sólo en el papel. Apuntamos a cómo se podría gestionar este territorio, desde la eficacia y equidad y cómo todas las instituciones puedan trabajar en forma colaborativa teniendo nuestra institucionalidad tan dispersa y poniéndole fichas al SBAP para que genere mayor conectividad”. 

Los insumos recogidos en esta fase participativa de socialización para el levantamiento de enfoques e intereses de los actores regionales clave, y su retroalimentación, finalmente serán considerados para consolidar y dar validez al Plan Nacional y su Hoja de Ruta.