Junio de 1843 | El viaje de la goleta «Ancud» a la toma de posesión del Estrecho de Magallanes

A mediados de junio de 1843, la goleta Ancud sufrió una avería que obligó a hacer una recalada, para efectuar algunas reparaciones.
Jueves 8 de junio.
A media tarde de aquel día 8 de junio, intentaron nuevamente salir al canal Moraleda, ya que había moderado la intensidad del viento, pero la marejada llevó la goleta hacia una roca -sobre la que la embarcación estuvo sentada algunos minutos- por lo que debieron fondear en un surgidero de isla Valverde.
En la mañana del viernes 9 de junio, dieron la vela nuevamente siguiendo por el canal Perez Norte, pero esta vez enfrentaban vientos del SE, por lo que no podían avanzar. Hacia las 5 de la tarde, los vientos calmaron algo pero cambiaron de dirección, ahora del NE, por lo que volvieron a zarpar, pasaron entre las islas Garrao y Jechica, intentando eludir el paso por el canal Moraleda.
Siguieron navegando de noche: el práctico Miller -que llevaba firme el gobierno de la goleta- conocía en detalle estos canales.
Sábado 10 de junio.
Hacia las 4 de la madrugada del sábado 10, estaban pasando a la cuadra de la isla Bergantín y poco más tarde entre las islas Jertrudis y Cuptana. Aquí, el viento disminuyó su intensidad hasta calmar. Desde la medianoche debieron seguir avanzando al remolque, ésta vez por el canal Perez Sur.
Hacia las 2 de la mañana del domingo 11 de junio, el viento volvió a soplar del NE, por lo que dieron la vela nuevamente en dirección de Puerto Americano, donde se aproximaron al amanecer.
Domingo 11 de junio.
Dos chalupas, una del bergantín «Enterprise» y otra de la goleta ballenera «Beltzei» también estadounidense, salieron en ayuda de la «Ancud» y la remolcaron hasta la bahía donde surgieron hacia las 08.45 horas.
Esta recalada forzosa en Puerto Americano, retrasaba el viaje, pero el Capitán Juan Guillermos hizo realizar diversos trabajos a su gente, para mantenerlos ocupados y evitar el desánimo: pescar y mariscar, ordenar la carga en la goleta, eran las faenas más frecuentes cuando la lluvia y el viento amainaban, además de la propia construcción de una nueva chalupa. En esta faena, el carpintero Lorenzo Aro y parte de la tripulación, tuvieron un rol primordial acompañados del lobero Juan Yates, que conocía los mejores bosques de ciprés del sector.
Pero además, otro aspecto del viaje se iba a beneficiar con esta recalada.
Aquí en Puerto Americano, aprovechando la presencia del «Enterprise», que llevaba cartas de navegación de Robert Fitz Roy, sobre los canales occidentales de la Patagonia y del Estrecho hacia el cual viajaban, Juan Guillermos solicitó al capitan Ash autorización para copiar dichas cartas; los dos capitanes conversaban fácilmente en su idioma nativo inglés, por lo que había perfecta correspondencia entre ambos.
El capitán Guillermos dispuso entonces que el naturalista Bernardo Philippi sacara copias a mano alzada de estas valiosas cartas, dibujos que resultaron ser de muy buena calidad y de gran utilidad para continuar la derrota. Además, en retribución de los servicios prestados por los marineros de la goleta «Betzei», Phillipi copió una carta naútica del Cabo de Hornos. La copia de cartas náuticas a mano, era sin duda un trabajo de gran lentitud, ya que implicaba precisión y minuciosidad de parte del copista.
La tripulación de la goleta «Ancud» además, debió proceder a calafatear la cubierta que se encontraba en mal estado, mientras otros tripulantes bajaron el ganado a tierra. Otro grupo salía a mariscar y a pescar, con lo cual se hizo una importante economía de víveres y se pudo volver a variar el rancho diario.
Martes 20 de junio.
Es de notar aquí, el incidente del incendio del «Enterprise». En la noche del martes 20 de junio, hacia las 22.00 horas, el hombre de guardia de la «Ancud» dio la alarma de incendio en el bergantín-goleta estadounidense, surto a poco más de 100 metros de la goleta chilena. De inmediato el capitán Guillermos y algunos marineros se trasladaron en bote hasta el barco en peligro, despertando su tripulación. El fuego se había iniciado en un punto cercano a un pañol donde se guardaban 10 quintales de pólvora; fue extinguido rápida y oportunamente.
Jueves 29 de junio.
Durante esta permanencia de Puerto Americano, los tripulantes hicieron una sobria celebración de la fiesta de San Pedro, patrono de los pescadores y navegantes, el jueves 29 de junio.
El tiempo en este sector, durante la estadía de la «Ancud», siguió inestable entre días muy lluviosos, con vientos que se alternaban desde el NO. al SE. y días de calma.
(Continuará).
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Extractos del ensayo histórico: «Rumbo al Sur. El histórico viaje de la goleta «Ancud» al estrecho de Magallanes, 1843. Manuel Luis Rodríguez U., 2004.
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