SENDA Magallanes fortalece trabajo intersectorial a partir de resultados de la Encuesta de Juventud y Bienestar

Con la participación de representantes de los sectores de educación, salud, cultura e INJUV, SENDA Magallanes analizó los resultados regionales 2024 de la Encuesta de Juventud y Bienestar (EJB), con el objetivo de diseñar estrategias preventivas más efectivas que fortalezcan los factores protectores y reduzcan los riesgos en niñas, niños y adolescentes.
La directora regional de SENDA, Lorena Guala Vivar, destacó la relevancia de estos datos como herramienta para la acción:
“Los resultados de la Encuesta Juventud y Bienestar permiten coordinar acciones, y complementar oferta desde las distintas instituciones, como la Secretaría de Educación con los Planes de Convivencia Escolar, SLEP, INJUV, entre otros, y desarrollar planes de acción en las comunas y establecimientos educacionales que permitan trabajar los factores de riesgo detectados y seguir fortaleciendo los factores protectores”.
Uno de los principales aportes de esta encuesta es su nivel de desagregación territorial, que permite contar con datos tanto a nivel comunal como por establecimiento educacional. Esto facilita el diseño y ajuste de planes preventivos que respondan a realidades específicas.
Resultados que llaman a la acción
Si bien la mayoría de los y las jóvenes en la región reporta sentirse contento o contenta con su vida (83,2%) y feliz (82,1%), preocupan las cifras relacionadas con el bienestar emocional.
- Un 28,6% siente que es un fracaso.
- Un 41,1% cree que no es buena o bueno para nada.
- Un 37,1% se ha sentido triste casi todos los días en la última semana.
Asimismo, se evidencia una brecha importante en el vínculo emocional con adultos significativos:
- El 10,4% reporta dificultad para recibir cariño de sus padres, madres o cuidadores.
- El 31% encuentra difícil hablar de temas personales con ellos.
Estos datos se relacionan directamente con el consumo de sustancias, donde la falta de afecto y la escasa supervisión parental aparecen como factores de riesgo relevantes.
“Nos deben llamar la atención situaciones como el malestar emocional, la baja autoestima o las dificultades para expresar cariño con personas adultas cercanas”, agregó Guala. “La prevención del consumo de sustancias no puede entenderse sin considerar el entorno afectivo y emocional de los y las jóvenes”.
SENDA refuerza el trabajo articulado entre todos los actores del sistema educativo, salud, cultura, juventudes y comunidad, entendiendo que solo a través de un enfoque integral y coordinado es posible generar cambios sostenibles en el bienestar de las juventudes.
“Contamos con nuestro Plan de Acción 2024-2030 que cubre aspectos como el fortalecimiento de las acciones de prevención a nivel escolar y barrial, consolidar la red de tratamiento y dar sostenibilidad a los procesos de recuperación. Pero también aspectos como fortalecer la gestión del conocimiento, la comunicación de riesgo, además de abordar de las drogas sintéticas o fenómenos emergentes”, puntualizó la directora regional de SENDA, Lorena Guala Vivar.
La información que entrega la EJB se consolida así como un insumo esencial para el diseño de políticas públicas locales con enfoque preventivo, situando la evidencia como base del trabajo intersectorial