No queremos reyes | Ernesto Sepúlveda | Opinión

Esta semana inició la franja electoral, espacio que años atrás era muy visto y se cifraban muchas esperanzas en él. Es un espacio obligatorio regulado por ley en que los canales deben transmitir la propaganda de las candidaturas presidenciales, pero como cada vez vemos menos TV abierta, sólo la ven los realmente interesados. Con los recursos tecnológicos que hoy existen, uno de los eternos candidatos a La Moneda, que va por su quinto intento, innovó generando su video con IA. El otrora joven irreverente Enríquez Ominami, quiso impactar vistiendo de uniforme y piloteando naves y tanques, a las candidaturas de la derecha y ultra derecha. Sorprendió, pero el efectismo tuvo corto impacto. En general la franja es fome, y no aporta nada que ya no se sepa de los competidores. Por lo pronto los oráculos electorales dan por hecho que pasa doña Jeannette y don José a segunda vuelta, salvo un grave error o chambonada de última hora, ese pareciese ser el resultado de noviembre. Y eso de las chambonadas no es chiste, miren que esta semana perdimos la luz del ministro Pardow. Ya había sobrevivido al intento de poner fin a la concesión de ENEL por los cortes de energía, pero no pudo sortear el escándalo de las cuentas de la luz. En un tema relacionado, sólo días atrás el presidente Boric debió soportar un diplomático gesto de indiferencia de la primera ministra italiana Giorgia Meloni, motivado por una negativa a reunirse en viaje anterior de Boric. En dicha reunión iban a participar ejecutivos de ENEL empresa italiana de energía, que como en todo país desarrollado acudieron a su gobierno para que mediara con el gobierno chileno. En fin, alguien dijo por ahí que no había que culpar a su sector político, porque “los últimos dos incendios habían sido del socialismo democrático”. No sé ustedes, pero al menos yo creo que con ese tipo de pequeñas sacadas de cuentas no se construyen confianzas. Mucho menos, se atrae adhesiones. Atrincherados en un 25-30% de aprobación que las encuestas le dan al gobierno, da la impresión que varias personalidades que hoy medran en la cúpula del estado, están hoy en el saludable ejercicio de buscar refugio para marzo. No es para menos, después de leer una sesuda columna de experto en selección de la ADP mas conocido por su rol de asesor político ultra conservador. Un análisis sobre los funcionarios públicos que ha causado escozor por las descalificaciones, si no la leyeron búsquenla, es muy ilustrativa lleva por título “Parásitos”. Pese a que por una parte su propio líder ha ratificado esos juicios, expresando que “él habría sido peor”, por otra, han salido a explicar que se refiere sólo a los malos funcionarios, a los que están de más, los que son la grasa. Parece que no han reparado en que los funcionarios de la administración central del estado, de gobiernos regionales y municipios, de los tres poderes, de organismos autónomos del estado, y el personal de FFAA y de orden y seguridad, superan el millón de personas. Un segmento muy importante a la hora de ir a rasguñar esos votitos que sirven para llegar la mayoría en segunda vuelta. Las diatribas frecuentes que acostumbran ciertos políticos, siguen un manual, no dejan nada al azar. El adversario político se lo ve como un enemigo a neutralizar. En esa lógica, se ataca incluso a los del mismo corral, la idea es lograr la hegemonía. Quienes vivimos la dictadura recordamos muy bien el tratamiento a los opositores políticos, que, dicho sea de paso, se calificaba como tales prácticamente a todo el que no fuera fanático del régimen. No me refiero a los crímenes y salvajismo largamente documentado, sino a la violencia verbal y psicológica, un ex miembro de la junta de gobierno fascista trataba de “humanoides” a quienes luchaban contra la dictadura. A quienes provenían de Perú o Bolivia les denominaba “auquénidos metamorfoseados”. Entonces, que varios escalones más abajo, un asesor político trate a los funcionarios públicos de “parásitos”, va por la misma deriva, una deriva autoritaria que conocimos bien, y nos tomó 17 años derrotarla.
Pero no nos pongamos graves, volviendo a lo de la franja electoral, llama la atención que el profe Artés, que va por su tercera postulación hoy como independiente, capte igual o mayor interés, que un avezado comunicador como Enríquez Ominami. Definitivamente parece que la gente común y corriente prefiere escuchar las ideas de tiempos de la guerra fría de Artés, porque se muestra tal como es, que ver el enésimo ensayo de egocentrismo que intenta Meo.
El otro espacio que agrada verlo es el de “Maikol”, ósea Harold Mayne Nichols se ve que el tipo es decente y hasta donde se sabe honesto, lo que es una gran cosa. Pienso como muchos que la centro izquierda debiera haber buscado una persona así para que representara al sector. Lamentablemente eso no se dio. Los candidatos más fuertes doña Evelyn y José por un lado tratando de sacarse votitos, no hay lealtad alguna en este plano, y se ha echado mano hasta las maniobras más arteras para sacar ventaja. Allí está el episodio de los bots, que incluso salió en el debate de ICARE, pero más recientemente la invocación al más allá que hizo la secretaría general de Kast, sosteniendo que Jaime Guzmán apoyaría a José. Un recurso que hirió sensibilidades sobre todo en la UDI, partido que fundó Jaime Guzmán junto a varios de los “coroneles” que aun dan vueltas por aquí. Ya parece extraño citar a la ultra tumba para ganar votos, pero hacerlo con el santo patrono del partido aliado, parece una locura absoluta. Del candidato Kayser podemos decir, que, a fuerza de repetir sus frases golpeadoras, bien moduladas, casi como un mantra, se ha ido haciendo un espacio, y ya algunas encuestas lo ponen pisándole los talones a doña Evelyn. De la franja de Parisi, paso, creo que la ley está muy mal hecha si permite esa clase de turismo electoral.
El espacio de la candidata del progresismo, yo contrataría a la agencia que lleva la cuenta de la empresa Wom. Hace falta ese tipo de creatividad, un poco como fue la franja del No, la historia personal puede ser muy rica, pero esto es una campaña presidencial. La elección no se da ni al que más lo merece, ni al más buena onda. El fantasma del centenario partido con su anquilosada estructura, le pesa en exceso, no la deja flotar. Eso alimenta las dudas sobre quien va a tomar las decisiones, y qué orientación tendría su eventual gobierno.
Esta semana además fue un aniversario más del estallido social. Ya todos tratan de re escribir lo que nos sucedió como país, pero ese es un análisis que le tocará a los historiadores en unas décadas más. Sólo decir que de esa experiencia debemos sacar una lección importante, valorar ante todo nuestra democracia y nuestro estado de derecho. Sin ese marco nada tenemos, es la única garantía de la libertad y de los derechos fundamentales, y único espacio para crecer y desarrollarse.
Pero hoy también en otras latitudes existe conflictividad social. Viven sus propios estallidos sociales Perú, Ecuador, Sudán, Madagascar, y esta semana en el gran país del norte. Los hechos que se están dando en los Estados Unidos en estos días, con las manifestaciones multitudinarias NO KINGS, no reyes. Nos muestran que, en el país más poderoso del mundo, el autoritarismo, el desprecio por los que piensan distinto, por las minorías, el intento de gobernar más allá de las reglas, socavan el espíritu fundamental que inspiró a los fundadores de esa nación. Si eso sucede en la democracia más antigua del planeta, que tanto más puede sucedernos en Chile si escuchamos los cantos de sirena ultra conservadores.
Hacemos votos para que las candidaturas que disputan en Chile la elección presidencial, lo hagan con lealtad y honestidad, poniendo por sobre todas las cosas el interés de Chile y de su gente, y no los de un grupo o partido en particular. Que se tolere al que piensa y siente distinto, en Chile no sobra nadie en la gran tarea de construir una sociedad mejor.
Ernesto Sepúlveda Tornero
Punta Arenas, lunes 20 de octubre de 2025.-