El voto «no político» | Manuel Luis Rodríguez | Opinión

El voto «no político» | Manuel Luis Rodríguez | Opinión

Tratamos de entender una paradoja. La extraña paradoja del votante que opina y se define contra los políticos y contra los partidos políticos, pero que en las elecciones vota por un político y por un partido político. ¿Hay una diferencia entre la opinión y la creencia y las preferencias electorales?

Las paradoja comienza cuando sabemos que el acto de concurrir a votar, es un acto político, es uno de los principales actos políticos…y sin embargo hay votantes que van a votar contra la política. Paradojas de la democracia.

No es un fenómeno nuevo en la política chilena o en las regiones, pero adquirió notoriedad en la reciente primera vuelta de la elección presidencial, donde en medio de una intensa confrontación entre ocho candidatos y candidatas, apareció nuevamente ese «voto no político».

¿Qué piensa y cuáles son las creencias principales de ese elector que ninguna etiqueta de «derecha-centro-izquierda» parece explicar?

En primer lugar es un elector profundamente individualista, cree en el éxito como producto del esfuerzo propio, está convencido que el individuo es capaz de salir adelante sólo con sus propias capacidades y voluntad. Es la meritocracia al revés. El mundo de la elite económica se apropió del concepto, vendiendo la idea que esos multimillonarios surgieron porque trabajaron solos hasta alcanzar la cima. La verdad es que el ascenso social se logra con el esfuerzo individual, pero además, con el esfuerzo de la familia, la comunidad, los amigos y el apoyo de la sociedad y el Estado.

En segundo lugar es una persona muy desconfiada de la política y los políticos y, con frecuencia, culpa a los políticos de todos los males y errores. Esta desconfianza se basa en la percepción de que los políticos son ineficaces para resolver los problemas. Critican la abundancia de diagnósticos y la falta de soluciones inmediatas, concretas. Esa percepción incluye a los alcaldes, los diputados, los senadores, los concejales, los consejeros regionales y los dirigentes de los partidos políticos. A la hora de votar, estos electores buscan a aquellos políticos que les hablan contra los otros políticos y contra los otros partidos políticos. Aquí está la paradoja.

En tercer lugar, se trata de un elector que prefiere soluciones rápidas, inmediatas y concretas. Más seguridad, significa más policías en las calles y poblaciones y los delincuentes a las cárceles; mejor educación, significa que sus hijos vayan a una buena escuela; mejor salud, significa que la atención en Hospitales y centros de salud, sea rápida, expedita y eficaz; más vivienda, significa que le entreguen las llaves de su casa, lo antes posible.

Soluciones ahora y aquí, no promesas de un futuro esplendor.

En la historia política de Chile, ese elector ya nos dio algunas sorpresas, como el voto por Carlos Ibañez en 1952 o el voto por Francisco Fra Fra Errázuriz en los años 90.

El «voto no político» se encuentra disperso en una gran multitud de electores, pero que cristaliza cada cierto tiempo en algún candidato que toca la fibra más precisa y los interpreta.

Manuel Luis Rodríguez U.