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CEQUA desarrolla proyecto de rescate arqueológico centrado en restos de ballenera en Bahía El Águila

CEQUA desarrolla proyecto de rescate arqueológico  centrado en restos de ballenera en Bahía El Águila

Un ambicioso proyecto ejecutará un grupo multidisciplinario de profesionales en Bahía El Águila, distante a unos 70 kilómetros al sur de Punta Arenas. La investigación se denomina “Levantamiento arqueológico, análisis y montaje de los restos de la ballenera Bahía El Águila para la puesta en valor del Museo Faro San Isidro” y contará con financiamiento del Fondo de Innovación para la Competitividad 2017, del Gobierno Regional de Magallanes y Antártica Chilena.

El estudio estará a cargo del Centro Regional Fundación CEQUA y el Museo de Historia Natural Río Seco.  Según explica el investigador de la Línea en Ecología de los Ecosistemas Acuáticos de Fundación CEQUA, biólogo marino Benjamín Cáceres, el proyecto se centrará en los restos biológicos y materiales de la planta ballenera Bahía El Águila y la puesta en valor del Faro San Isidro, inmueble reconstruido el año 2004 para el desarrollo del turismo de intereses especiales.

La ejecución de esta investigación tiene como ejes operacionales el poner en valor la memoria histórica de uno de los puntos más australes del continente americano, a través de una investigación sobre los restos de la actividad ballenera de la Sociedad Ballenera de Magallanes, entre 1905 y 1916, con base en Bahía El Águila.

A través de diferentes análisis (morfométricos, isótopos estables, ADN y arqueológicos) se busca identificar restos óseos para determinar especies y otros datos que pudiesen dar luces sobre el impacto de la caza de ballenas en las poblaciones del Estrecho de Magallanes como, a su vez, dar cuenta de la memoria histórica de la actividad ballenera en ese sector.  “Pretendemos con los restos óseos levantar información que sea relevante para una mejor comprensión de estos carismáticos habitantes del Estrecho de Magallanes en el momento en que casi fueron diezmados por la intensiva caza que sufrieran hasta la primera mitad del siglo XX en casi todas las aguas del mundo”, advierte.

Con ello se espera comparar esos resultados con las poblaciones actuales, y así lograr estimar si los ejemplares faenados en Bahía El Águila están o no emparentados con los grupos que con mayor frecuencia son avistados en los distintos puntos del corredor Atlántico – Pacífico y sus canales.

Equipo  multidisciplinario.

El equipo de trabajo recopilará el material, hará los análisis de rigor y archivará toda la información junto al levantamiento histórico que permitirá comparar los resultados biológicos con distintos archivos y elementos materiales de la actividad ballenera en Bahía El Águila. Con estos antecedentes se montarán los restos de acuerdo a una museografía permanente dentro de las instalaciones del Faro San Isidro, inmueble declarado como Monumento Nacional, y que además quedará habilitado como museo, albergando la colección de restos materiales para su exhibición al servicio de la educación del público visitante. De esta manera, se convertirá en un nuevo espacio para la salvaguardia, puesta en valor y difusión de la memoria histórica y el patrimonio material e inmaterial de la región.

Para la ejecución del proyecto CEQUA se contará la participación de profesionales de ese centro de investigación y con la colaboración de instituciones como la Umag, el Inach, la Universidad de Chile, la Dibam, el Museo de Historia Natural de Concepción, la Asociación de Investigadores del Museo de Historia Natural Río Seco, las empresas Patagonia Diving y la Sociedad Marítima Cabo Froward Ltda.

“Hay poca información sobre el quehacer de la industria ballenera en la zona del Faro San Isidro. Queremos destacar el aporte que realizará un equipo multidisciplinario de profesionales, entre los que se cuentan arqueólogos, antropólogos, biólogos, artistas, buzos e ingenieros. Eso es muy entretenido y provechoso porque todos aprendemos de todos”, señala Benjamín Cáceres.

Menciona que la logística de trabajo no será menor, ya que se rastrearán huesos de gran envergadura que están bajo el agua y que hay que recuperar, por lo que se necesita el apoyo de buzos y el equipo necesario para subirlos a flote.

El proyecto FIC fue oficializado en noviembre pasado y el equipo de trabajo ya ha realizado una campaña de muestreo en terreno. En enero pasado se efectuó un primer sondeo de la bahía bajo el agua para identificar los puntos donde había huesos de ballenas, se recorrió la playa en busca de conchales y restos de la ballenera, y en la actualidad se están trabajando en la recopilación histórica del lugar.

La segunda campaña será en invierno, en junio o julio, porque en el verano hay mucha productividad en el agua y ésta es muy turbia y hay muchas algas, entonces no es tan fácil identificar los huesos.

Expectativas.

El biólogo marino hizo un llamado a quienes tengan antecedentes acerca de personas que hayan trabajado en la ballenera o en el área en que se realizaron actividades productivas, para que puedan entregar información que ayude a contextualizar este proyecto.

“Tenemos importantes expectativas por lo que se pueda lograr con la habilitación de este museo y con la muestra que se levantará en el Faro San Isidro, que ésta quedará en ese lugar y será exhibida ahí de manera permanente”, refuerza.

Entre las reflexiones que genera el proyecto, sus responsables resaltan que está en sintonía con líneas de desarrollo regional como el Plan de Zonas Extremas que, entre otras consideraciones, otorga mayor plusvalía al territorio geográfico. Se pretende incrementar los conocimientos sobre la historia del sector en que se ejecutará el estudio, así como se ampliará la oferta turística para Magallanes y en particular para Punta Arenas. A eso se suma la construcción del camino que unirá Punta Arenas con Bahía El Águila para continuar con la senda de penetración hasta Cabo Froward.

El equipo ejecutor del estudio plantean además que  esta apuesta es “de tremenda relevancia para la construcción sólida de nuevos e innovadores espacios para la conservación ligada a la investigación científica y la generación de atractivos turísticos innovadores, tanto para residentes como para visitantes de Punta Arenas, impulsando una mirada de sustentabilidad ligada fuertemente al rescate y puesta en valor de la identidad local y los elementos culturales y naturales que le van dando forma y contenido al patrimonio regional”.