Me ha llegado una carta – Víctor Maldonado – Opiniones
Los alcaldes tienen la capacidad de hacer emplazamientos. Con mayor razón cuando hablan en grupos transversales, y más todavía cuando buscan salidas constructivas que sobrepasan las barreras partidas usuales. No todos pueden hacerlo, pero algunos sí.
Ayer se publicó una carta, firmada por seis alcaldes, oficialistas y de oposición, que es muy significativa para los días que corren. Muestra que ahora las autoridades pueden ser interpeladas, no solo desde la manifestación callejera, sino desde la política misma. Y lo que dicen es que se está fallando y que hay que saber rectificar cuando todavía se puede.
Los alcaldes hablan avalados por el hecho de haber sabido tomar la iniciativa en el momento de mayor desconcierto. “Los municipios fuimos vanguardia y camino”. Cierto, porque al convocar a la Consulta Nacional, obligaron a que partidos y parlamentarios se dieran cuenta de que o actuaban o serían sobrepasados, desde el mismo ámbito de la política.
Esto es mucho más creíble que las insólitas declaraciones del Piñera (el que está más al debe de todos), en las que se pone en la posición de quien hace un llamado a superar las diferencias y, a los dos días, logra que se llegue a un acuerdo transversal. Está claro que a Piñera le falla todo, menos la autoestima.
Si en una consulta nacional (imperfecta en su ejecución, completamente apropiada en su valiente convocatoria) votan dos millones y medio de personas, es porque la democracia tiene capacidad de reacción. Significa que todos opinan, pero que están dispuesto a que el país se construya, ordenándose tras decisiones mayoritarias y el respeto a todos.
A la democracia no la defienden las normas sino los demócratas. Afortunadamente a Chile no le faltan. Y ahora lo que dicen los alcaldes es algo decisivo: “El tiempo se termina”. Habiendo seguido una ruta, con acierto y desaciertos, estos últimos están ocupando un lugar demasiado central como para permitirnos superar la crisis de buena forma.
Los problemas que se presentan en el camino son dos: la pérdida del foco de atención en el objetivo principal; y, la postergación de las respuestas apropiadas a las demandas propiamente sociales. Estando tanto en juego, simplemente es inaceptable que, desde el gobierno y el parlamento, se consuma el escaso tiempo disponible en distractores tácticas y en tercas postergaciones.
Aquí vienen los emplazamiento: al Presidente para que presente soluciones estructurales; a los partidos y dirigentes para que piensen en las personas concretas más que en sí mismos; a los empresarios para que pongan fin a los abusos; a los parlamentarios para que se concentren en aprobar los proyectos de ley que hacen la diferencia. A todos les piden guiarse por principios y darle densidad ética a la política. Se ofrecen los municipios como espacios de diálogo.
Pacto social y acuerdo nacional, lo ciudadano y lo político, van de la mano. Chile se estabiliza sobre estos dos pies. “Es hora de actuar con grandeza”. Así están las cosas. Sabremos qué nos depara marzo según cómo terminemos enero.
Víctor Maldonado.


