Las claves para el aislamiento domiciliario: rutina, tolerancia y empatía

La vida con la emergencia sanitaria por el Coronavirus no es fácil para quien está en cuarentena, ni para quien tiene que seguir trabajando. Tener niños y niñas en el hogar también implica un gran desafío. Son tiempos en los que la tolerancia y la empatía son la clave para una convivencia en armonía.
La cuarentena obligada presenta nuevos escenarios en los entornos familiares, algunos deben seguir yendo a trabajar, mientras otros permanecen aislados y encerrados en sus hogares. Aparecen el estrés, el aburrimiento y la necesidad de salir a la calle. Para el presidente del Colegio de Psicólogos de Santa Cruz, Diego Gaitán, es tiempo de aprendizaje.
También se van a dar situaciones nuevas dentro de los hogares, porque “hay trabajadores que están saliendo y esto genera por un lado temor y por el otro, enojos por lo que se quedan en la casa, creyendo que son personas haraganas o vagas, cuando no es así”, explicó el profesional.
En este sentido, la primera medida sería entender que las personas que se quedan están haciendo algo, “hoy la pasividad es una forma de cuidar activamente a la población, por eso es una actividad muy importante que lleva un movimiento interno para contener ciertos deseos o la necesidad de salir, somos seres que necesitamos estar cara a cara”.
Además, hay que entender y ayudar a los que salen a trabajar, para que no estén en mayor riesgo del que ya están, es decir, “si nos quedamos en casa, hay menos movilidad social. Una forma de reconocer y agradecer su trabajo es no saliendo y dejarlos cumplir con su labor”, afirmó Gaitán.
Hoy la pasividad es una forma de cuidar activamente a la población.
Diego Gaitán, licenciado en psicología.
Al respecto, recomendó elevar lo máximo posible la capacidad de tolerancia a la frustración, esto brinda un mayor margen de paciencia, “tolerar primero nuestro mundo interno, las ganas de salir que surgen a partir de la prohibición, hay que aguantar, tolerar lo que está pasando, entender que es una situación difícil y tolerar al otro, tanto en sus equivocaciones como en sus aciertos”.
“Es un momento para practicar fuertemente la tolerancia y la empatía, ponernos en el lugar del que tiene que salir a trabajar y del que se queda en su hogar, entender al que está ofuscado”, subrayó el psicólogo.
Cómo no perder la cabeza con el aislamiento
Las personas pueden experimentar irritabilidad, cambios bruscos en el humor, una elevación de la ansiedad, hiperactividad, dificultades para conciliar el sueño, para descansar, como también puede haber quienes necesiten continuar con su trabajo y no puedan detenerse.
Si bien para hacer frente a esta situación no hay una receta magistral, pueden darse lo que Gaitán llama “coordenadas”: La primera es tratar de llevar una rutina, “van a dar ganas de trasnochar y de levantarse a cualquier hora, de comer a destiempo, pero no es bueno”.
Lo ideal, según detalla el profesional, es replicar lo que se hace en la vida normal en la casa, “tratar de levantarnos, desayunar, alimentarnos y descansar en nuestro horario habitual. Eso marca una rutina, que ayuda a atravesar esta situación transitoria, sin obligarse a nada, hay que tener disciplina con uno mismo, pero no autoexigirse”.
Al respecto, explicó que la ansiedad muchas veces se combate con organización, “por eso sería importante que las familias, sobre todo cuando hay niños -que son los que más estresores tienen-, distribuyan las tareas del hogar, los quehaceres, con un cronograma específico”.
Además, advirtió sobre la importancia de no canalizar el estrés con comida y carbohidratos, y combatir la ansiedad con otras actividades, como hacer ejercicio y mantenerse activo, “también ayuda a mitigar la angustia el ponerse en contacto con los seres queridos, el no tener miedo de reconocer la angustia y de expresar los sentimientos que genera esta situación”.
Recomendaciones para la cuarentena infantil
Para evitar el estrés en las y los más pequeños durante el encierro, Gaitán también recomienda mantener la rutina y vivir el aislamiento como un momento de encuentro familiar.
Se pueden compartir actividades creativas, hacer manualidades sencillas, enseñarles a cocinar o a tocar un instrumento, por ejemplo, además de ayudarlos y acompañarlos con las tareas escolares.
Por supuesto, jugar con ellos, sentarse en el piso, hacerlos pintar “y ver que dibujan, esto es importante, porque los niños expresan sus emociones a través del dibujo” reveló el psicólogo.
Explicarles que ésta es una situación transitoria, que ya va a pasar, que es una forma de cuidarse a uno mismo y a los otros, que hay mucha gente que está trabajando para que a nadie le pase nada malo, y si algo malo pasa, va a haber personas que van a poder contener y cuidar.
Por último, aseguró que a las y los más grandes se los puede dejar un par de horas más de lo habitual frente a la televisión, siempre que también realicen tareas dentro del hogar, “y permitir que los niños hablen con distintos familiares por las redes sociales, eso es muy importante”, finalizó Gaitán.
Fuente. La Opinión Austral. Río Gallegos, Argentina.
