Cuando el éxito consiste en que los tuyos voten por ti y pierdes – Víctor Maldonado R. – Opinión

Cuando el éxito consiste en que los tuyos voten por ti y pierdes – Víctor Maldonado R. – Opinión

 

El gobierno ha sufrido una derrota emblemática al aprobar la Cámara la idea de legislar el retiro del 10% de los fondos de AFP. Para ganar solo necesitaba que los suyos votaran por la posición oficialista, La Moneda movilizó todo lo que tenía y perdió. Algo muy importante acaba de pasar y es irremontable.

El gobierno está produciendo más conflictos internos que la capacidad de resolverlos. La paciencia de los partidos oficialistas se ha agotado y el conflicto ha salido a la superficie con una fuerza que llama la atención. La Moneda ha dado motivo para que todos se muestren desordenados, variando solo el causa específica por la que demostrar su descontento. Acaba de cosechar lo sembrado.

¿Cuántos yerros del gobierno soporta la coalición oficialista? Esa está siendo la cuestión que se plantean muchos en la derecha. La pregunta tiene su importancia porque se acerca el tiempo en que la distancia entre el gobierno y su coalición puede aumentar sin retorno.

Hasta ahora, los partidos de derecha habían tenido que refrenar sus críticas al Ejecutivo porque en medio de la crisis sanitaria, económica y social no es cosa de agregar, así como así, una crisis política. El punto en el que los partidos oficialistas no pueden aceptar errores de su gobierno coincide con el inicio de la competencia electoral.

La derecha puede todavía concentrarse en mantener parada la estantería durante el próximo trimestre, pero no mucho más y aun esto lo conseguirá con bastantes dificultades. El dique se perforó y ahora solo se puede agrandar la grieta. Las relaciones ya han quedado deterioradas producto de la no presentación del veto presidencial al proyecto de ley que ponía límite a las reelecciones, también por el cambio de última hora, con la aprobación del posnatal de emergencia. El episodio cúlmine fue la votación de anoche.

De momento, y para que no llegue más sangre al río, los partidos han concentrado su crítica en el equipo político de gobierno, especialmente en el ministro del Interior, a quien sindican de otorgarle al gobierno una “conducción política bastante endeble”, como asegura Jacqueline van Rysselberghe. Se ha generado un malestar que tendrá que canalizarse hacia algún lado antes de que, finalmente, llegue donde tiene que dirigirse: a Piñera.

De no mejorar la gestión política, el oficialismo va directamente a un punto de saturación caracterizado por el fuego cruzado de acusaciones. Lo que ha fallado es la conducción. Los partidos de derecha han sido llevados a una situación imposible, en la que ya no quedan buenas alternativas que escoger, sino opciones con altos costos que pagar.

Habrá que cambiar ministros porque no se puede cambiar Presidente. La responsabilidad de Piñera consiste en hacer que las cosas se extremen antes de definir un curso de acción, cuando todavía es tiempo de ganar algo, en vez de perder mucho. Tienen un líder que sabe cómo administrar los buenos tiempos, pero que está bastante perdido administrando los malos.