Chile no es el Hogar de Cristo – Ximena Torres – Opinión

Chile no es el Hogar de Cristo – Ximena Torres – Opinión

Por Ximena Torres Cautivo, subgerente de Comunicaciones del Hogar de Cristo

“Hay dos panes. Usted se come dos. Yo ninguno. Consumo promedio: un pan por persona”. Este notable aforismo del siempre genial Nicanor Parra resume de manera perfecta, como si se tratara de una novela en una línea, el concepto de “justicia social”, que se conmemora cada 20 de febrero desde 2007, a instancias de la ONU, en todo el mundo. 

Este próximo domingo, Día de la Justicia Social, deberíamos recordar a Nicanor Parra y tomar conciencia de lo relevante que es repartir bien los panes, pelar bien el chancho, promover el respeto igualitario de los derechos y también de las obligaciones de cada ser humano. 

El antipoeta se preguntaba también: “Para que algunos pocos coman bien, ¿es preciso que muchos coman mal?”, dando en el clavo en una cuestión central que explica el estallido social del 18 de octubre de 2019: la desigualdad distribución de la riqueza, que por el escandaloso abismo que significa en materia de salud, educación, empleo, cultura y todos los demás ámbitos del bienestar humano, genera en los que menos tienen una permanente sensación de abuso, abandono y angustia. Así lo comprobamos en los Círculos Territoriales, justo después del estallido y antes de la pandemia, cuando, junto a Techo y Fondo Esperanza, logramos recoger el sentir y el pensamiento de más de 25 mil personas en situación de pobreza y exclusión social, mujeres y jefas de hogar, en su mayoría.

Escuchar esas voces es crucial en el contexto político y social en que nos encontramos, camino a la redacción de una nueva Constitución, que no sólo consigne, sino que sea capaz de hacer realidad el ideal de justicia social. Alberto Hurtado, quien fue un adelantado, dijo claramente hace 76 años: “Hay en Chile dos mundos demasiado distantes: el de los que sufren y el de los que gozan, y es deber nuestro recordar que somos hermanos y que en toda verdadera familia la paz y los sufrimientos son comunes”. Eso fue en la década de los 40, cuando fundó el Hogar de Cristo, una causa orientada a hacer de Chile un país más digno y justo, porque no es caridad, sino justicia lo que el padre Hurtado y su obra propiciamos. 

Hoy está de moda decir, en anónimos círculos xenófobos, en las alcantarillas que a veces son las redes sociales, en ambientes pseudo intelectuales, que “Chile no es el Hogar de Cristo”, para significar que no estamos para ayudar a cualquiera, a recibir a migrantes, a ser generosos con el que necesita o sufre. En el Día de la Justicia Social ojalá todos digamos con orgullo y convicción que sí somos el Hogar de Cristo, porque creemos que cada uno merece un pan y no comulgamos con los promedios.