Colegio de Trabajadoras y Trabajadores Sociales de Chile aboga por la titulación universitaria de la profesión

El Colegio de Trabajadoras y Trabajadores Sociales de Chile, señala que el próximo año el
Trabajo Social cumple cien años de trayectoria histórica en nuestro país, siendo una
profesión y disciplina científica íntimamente ligada al devenir de la política social, es decir,
a cómo el Estado responde a las diversas manifestaciones de la cuestión social.
Hoy en día la profesión está integrada en diversos ámbitos de la intervención social, tales
como infancia y juventudes, familia, salud, vivienda, urbanismo, relaciones comunitarias,
desarrollo económico local, interculturalidad, asuntos medioambientales, educación,
entre otros. En cada uno de estos espacios ocupacionales, la profesión tiene una alta
responsabilidad en la provisión de servicios sociales de calidad a la población más
vulnerable del país.
Lo anterior hace perentorio que la formación recibida por estudiantes de Trabajo Social
sea de la más alta calidad posible, y que esté fundamentada en sólidos cimientos
científico-intelectuales y ético-políticos. En este contexto, como colectivo gremial
sostenemos que la formación de trabajadores sociales debe ser exclusivamente
universitaria, como ocurre en la mayor parte los países del mundo, ya que son las
universidades el único espacio adecuado para el florecimiento de las disciplinas científicas,
y para la interacción entre los saberes de las ciencias sociales y la enseñanza y aplicación
en el quehacer profesional.
Esta postura contrasta con la realidad actualmente existente en nuestro país.
Durante el
periodo de dictadura, la profesión perdió su estatus universitario, el que se intentó
recuperar a través la ley 20.054 promulgada en septiembre del año 2005.
Sin embargo, luego de una intensa campaña de lobby por parte de representantes de
Institutos Profesionales, la ley 20.054 incorporó artículos que permitieron seguir
ofertando la carrera en institutos, con excepción de aquellos que no la ofertaban al
momento de la promulgación de la ley. Ello ha sido ratificado por Contraloría General de
la República (Dictamen E101640 del año 2021). No obstante, datos oficiales del Ministerio
de Educación muestran que varios institutos han ofertado la carrera aún no estando
legalmente facultados para aquello.
Lo anterior es de suyo grave, ya que significa que la ley no ha sido cumplida, y que los
órganos responsables de hacerla cumplir no han realizado su labor. Esto ha implicado que
a lo largo de los veinte años desde la promulgación de la ley 20.054 se ha ido configurando
un escenario en el que la profesión no solo no es ofertada exclusivamente en
universidades, sino que hoy es predominantemente impartida en institutos (al año 2023
había 3 estudiantes en institutos por cada 2 estudiantes en universidades). Ello se debe a
que, mientras la matrícula universitaria entre 2007 y 2023, aumentó levemente (de
11.245 a 12.647 estudiantes), la matrícula de institutos profesionales en el mismo periodo
aumentó 4,5 veces (de 4.239 a 19.081 estudiantes). Ante este escenario, algunos han
planteado que Trabajo Social es probablemente la carrera más masificada de toda la
educación superior chilena.
Naturalmente, esta situación tiene repercusiones en la empleabilidad. En efecto, de
acuerdo a datos del MINEDUC, entre los años 2017 y 2023 el porcentaje de empleados
durante el primer año de egresado, disminuyó 16% a nivel nacional (al año 2023 la
mediana era 63% entre egresados de universidades y 53% entre egresados de institutos).
En suma, de cara al centenario de Trabajo Social en Chile, la profesión se encuentra
altamente masificada y lejos de la exclusividad universitaria. Ello atenta no solo contra el
colectivo profesional o las universidades que imparten la carrera, sino contra la sociedad
chilena en general, especialmente la población usuaria de los servicios sociales que las y
los trabajadores sociales diseñan e implementan.
Es de suma urgencia abordar esta situación como un problema de carácter político.
En primer lugar, hacemos un llamado a las autoridades correspondientes, a la
fiscalización de los institutos que hoy están incumpliendo la ley 20.054, y en segundo
lugar, continuaremos con la lucha por una ley de Trabajo Social para Chile que regule y
otorgue derechos a los y las trabajadoras sociales ,asegurando la exclusividad
universitaria plena para la profesión, otorgándole el estándar necesario en función a sus
complejas responsabilidades en la sociedad y alineándolo también con las tendencias
internacionales en esta materia.