La Asamblea de la Civilidad y la Demanda de Magallanes en 1986 | Historia y Memoria
A partir de la Demanda de Chile, publicada en mayo de 1986, los dirigentes del G24 procedieron a principios de junio a coordinar reuniones de trabajo a partir de un borrador construido con la síntesis de las demandas del Comando Multigremial de Magallanes (sindicatos y gremios), del MUDECHI y de la Coordinadora de Pobladores.
En una reunión de trabajo efectuada el 7 de junio de 1986, se programó un cabildo donde se anunciaría el texto de la Demanda de Magallanes y al mismo tiempo se sancionó el borrador final del documento. En esa reunión participaron los dirigentes Adriana Soto, Pedro Hernández, Carlos Smock, Manuel Luis Rodríguez, Enrique Zamora, Ramón Aguilar, Lautaro Poblete, Ramón Gómez R., Francisco Marín, José Rabanal y José Ruiz, entre otros.
La Asamblea convocó a una jornada de paralización y desobediencia civil para los días 2 y 3 de julio de 1986 y desde mediados de junio, se intensificó la presión de las organizaciones sociales opositoras.
El Sindicato de Trabajadores de ENAP Magallanes dirigido por Clemente Galvez emitió una declaración el 1° de julio de 1986, que en su parte esencial anunciaba:
“Los trabajadores del petróleo, sector Punta Arenas, Tres Puentes, Cabo Negro y Laredo, reunidos en una asamblea con gran asistencia acordaron unánimemente en la decisión de apoyar los acuerdos de
la jornada de desobediencia civil convocada por la Asamblea de la Civilidad para los días 2 y 3 del presente.
Frente a la paralización de faenas, los trabajadores manifiestan que una vez creadas las condiciones en las bases, y asumiendo la responsabilidad histórica que nos corresponde estaremos en este
instante junto a todos los trabajadores chilenos que claman democracia.”
El día 2 de julio el Sindicato de Trabajadores de la Empresa Rentaequipos Leasing Ltda., dirigido por Ubaldo Moraga Gomez y Roberto Gonzalez Roa, adhirió también al paro declarando:
“El Sindicato de Trabajadores de la Empresa Rentaequipos Leasing Ltda, ante el llamado a desobediencia civil pacífica convocado por la Asamblea de la Civilidad, expone a la comunidad magallánica que
adhiere plenamente a lo expuesto en la Demanda de Chile y la Demanda de Magallanes.”
Similar apoyo y adhesión expresaron el Comité de Defensa del Pequeño Comerciante (CDPC), el Departamento de Comunicaciones del Obispado de Punta Arenas, la Agrupación de Deudores en UF que dirigía Antonio Vicuña, el Colegio Médico, el Frente de Defensa de Magallanes que dirigía el
abogado Guillermo Ihnen Miranda, la AGIA Magallanes, el MUDECHI, la Coordinadora de Pobladores, entre otras organizaciones sociales de oposición.
Al momento en que se sancionó el documento de la Demanda, la Asamblea de la Civilidad de Magallanes agrupaba a 50 organizaciones sociales, sindicales, profesionales, culturales y gremiales de la región.
Finalmente, todas las organizaciones confluyeron en un cabildo abierto que tuvo lugar en el gimnasio de la parroquia Cristo Obrero el sábado 14 de junio de 1986, donde se dio a conocer el texto final de la Demanda de Magallanes.
La Demanda de Magallanes contiene numerosas demandas de origen femenino y asociadas a las urgencias y necesidades fundamentales planteadas por las mujeres y las organizaciones femeninas como MUDECHI y Coordinadora de Pobladores.
El texto completo de la Demanda de Magallanes de 1986 dice:
«DEMANDA DE MAGALLANES.
El Consejo de la ASAMBLEA DE LA CIVILIDAD DE MAGALLANES, formado por los representantes de los organismos sociales que suscriben, acordaron por unanimidad de sus miembros, aprobar el texto íntegro de la DEMANDA DE CHILE e incorporar a ella, como documento complementario, esta
DEMANDA DE MAGALLANES.
Reconocemos que Chile comparte hoy graves problemas de origen común. Consideramos que a estos se agregan realidades regionales que deben ser planteadas, discutidas y solucionadas en cada zona. Magallanes presenta actualmente una desmedrada situación general que se ve agravada por sus especiales características geográficas y económicas.
Por lo tanto, este Consejo plantea:
1.- Consideramos que una efectiva regionalización debe ser el marco institucional en que se den las soluciones a los particulares problemas de esta región y por ello demandamos:
Que se origine una real descentralización administrativa en la toma de decisiones, que conduzca a que organismos regionales originen políticas coherentes a nuestra realidad en los campos de la administración, desarrollo económico, participación social y cultural.
2.- Toda vez que el desarrollo de esta región, requiere de una importante y efectiva participación del Estado y demás agentes económicos, los que deben velar por un armónico y significativo crecimiento y el resguardo soberano de nuestros recursos naturales, demandamos:
Un proyecto económico y social que se financie con la reinversión y utilización de parte de los recursos que genera la zona y que, para este fin, se cree una Corporación Autónoma para el Desarrollo de Magallanes.
3.- Porque las condiciones de vida de gran parte de la comunidad, se han deteriorado un nivel ya casi insostenible, demandamos:
a) un salario mínimo, basado en el real costo de la vida de Magallanes;
b) fuentes de trabajo productivas y estables, que absorban la cesantía real y el sub-empleo;
c) la fijación de tarifas justas en los consumos básicos (combustibles, gas, luz, agua), acordes con sus verdaderos costos de producción. La población tiene derecho a acceder a ellos y poder utilizarlos permanentemente.
d) que se ponga al alcance económico de la comunidad el transporte aéreo y marítimo, fijando tarifas especiales para residentes, en cuanto a pasajes y fletes;
e) programas de autoconstrucción u otros sistemas participativos, basados en una política de créditos accesibles y amplios. Todo esto permitirá la construcción de viviendas de calidad acordes a las necesidades y características de la zona.
4.- La salud y educación son derechos. La calidad e igualitario acceso a ellos de toda la población, deben ser permanentemente garantizados por el Estado. La catastrófica situación actual de desfinanciamiento, desorganización y deterioro de ambas áreas nos hace demandar:
a) que el Estado suplemente económicamente dichas áreas para solucionar los problemas que existen en la actualidad, exigiendo también el término de los procesos de municipalización y privatización de ambos sectores, tal como están implementados hoy;
b) la normalización de la situación económica e institucional de la Universidad de Magallanes, restituyendo su plena autonomía. La Universidad de Magallanes, identificándose con la zona, debe racionalizar sus carreras, para responder a las reales necesidades de formación profesional requeridas para el desarrollo regional.
5.- Un claro concepto de soberanía en la región supone poblamiento y desarrollo. Hoy vemos que la carencia de políticas coherentes y estables han provocado despoblamiento, emigración y desarraigo de un número apreciable de chilenos, restando su participación en nuestro desarrollo. Frente a esta situación demandamos:
Un Estatuto para Magallanes de origen regional y participativo que contenga un conjunto de medidas administrativas, sociales, culturales, económicas, tributarias, arancelarias y previsionales estables en el tiempo, que incentiven la radicación, la inversión productiva y el retorno de chilenos que han emigrado en procura de su subsistencia y educación.
6.- Considerando que Magallanes es la región más endeudada de Chile, demandamos:
Solución definitiva, equitativa e integral al problema del endeudamiento.
7.- Considerando que la Patagonia chileno-argentina presenta condiciones económicas, culturales, históricas y sociales similares, que le debiera llevar a un destino común de progreso, demandamos:
Un efectivo impulso al proceso de integración en el cual participen todos los sectores sociales, conducente a una pacificación del área y que propicie un proyecto conjunto de desarrollo futuro, basado en la confianza y amistad de los pueblos.
Estas son nuestras demandas. Creemos profundamente en el destino de Chile y de Magallanes. Es urgente que se adopten las medidas que posibiliten lo demandado.
ASAMBLEA DE LA CIVILIDAD DE MAGALLANES. Punta Arenas, región de Magallanes, junio de 1986.»
Manuel Luis Rodríguez U.

