Lo que dice la ciencia sobre la atracción a las apuestas y el juego en línea

Nunca ha sido tan fácil hacer una apuesta. Un par de décadas atrás, la actividad de juego se limitaba a los establecimientos de casino o corredores de apuestas deportivos. Gracias a la proliferación del internet y los dispositivos inteligentes, hoy en día se puede acceder de manera instantánea a juegos de azar en línea, loterías, apuestas deportivas y rifas a la velocidad de un “click”.
Lo que atrae a los usuarios a los sitios de apuestas en línea
Los sitios de apuestas en línea están diseñados para atraer al público apostador. Una plataforma como Epicbet no solo ofrece una sección para apuestas deportivas en tiempo real, sino que también de de casino con juegos en vivo, tragamonedas y poker entre otros. El usuario que apuesta en vivo con Epicbet es presentado con estas opciones a través de un portal con una interfaz sencilla y un diseño gráfico atractivo.
Además de esto, dichas plataformas buscan atraer a nuevos usuarios a través de numerosas ofertas como bonos de bienvenida, giros gratis y promociones recurrentes aumentan el atractivo del sitio. Algunas marcas se han enfocado en promocionar sus servicios con la ayuda de creadores de contenido especializados, quienes generan entusiasmo y confianza en amplias audiencias.
Más allá de la variedad de productos y estrategias de marketing, la ciencia sugiere que el éxito de las plataformas de apuestas en línea yace en la naturaleza de la actividad en sí, la cual tiene efectos específicos en el cerebro.
El efecto del juego en el cerebro de acuerdo con la ciencia
Según la ciencia, hay dos áreas principales del cerebro que afectan los hábitos de juego. Estas son la corteza prefrontal y el cuerpo estriado ventral. La corteza prefrontal se encarga de controlar la planificación, la resolución de problemas complejos, la personalidad y el procesamiento de posibles consecuencias. Por otra parte, el cuerpo estriado ventral procesa las recompensas y las emociones como la felicidad.
Cada vez que experimentamos cualquier tipo de placer, se libera en el cerebro una sustancia química llamada dopamina. A veces, actividades como el juego provocan una oleada alta de dopamina en el cerebro muy rápidamente, lo que crea niveles anormalmente altos de placer. El cerebro asocia esta sensación con la acción de jugar.
Por ende, si el cerebro recibe niveles altos de dopamina con frecuencia, puede desarrollar una tolerancia a la sustancia química. Esto significa que la dopamina se vuelve menos efectiva y el cerebro necesita que la persona juegue más para lograr la misma sensación de excitación. En otras palabras, una persona puede llegar a desarrollar comportamientos y hábitos problemáticos en torno a las apuestas y juegos de azar.
Si bien el cerebro ya no experimenta el mismo placer que antes obtenía con el juego, los recuerdos de emociones pasadas permanecen. El cerebro se activa con recordatorios, como los sonidos que hacen las máquinas tragamonedas, lo que genera un deseo intenso de jugar y recuperar esas sensaciones. Por eso puede ser tan difícil dejar de jugar incluso cuando ya no es divertido.
El impacto de los “casi-ciertos”
En el contexto de los juegos de azar, particularmente las tragamonedas y los “raspa y gana”, un jugador puede sentirse más motivado a continuar probando su suerte porque el esfuerzo anterior casi lo llevó al éxito. Este es un concepto conocido como el “near-miss effect”, lo cual traduce a “casi-aciertos”.
Nuestro cerebro responde a un casi-acierto de manera similar a como responde cuando experimentamos una verdadera victoria: con una dosis de dopamina. Esto es una especie de recompensa para impulsar a la persona a seguir intentando.
En actividades como las del deporte, la liberación de dopamina causada por un casi-acierto motiva al deportista a continuar entrenando y mejorar sus habilidades. Sin embargo, el centro de placer del cerebro no es capaz de diferenciar entre los juegos que requieren del desarollo de habilidades específicas para el éxito y los juegos basados en la suerte. Por lo tanto, este responde a ambas actividades de la misma manera.
Construyendo patrones de juego saludables a través de la repetición
El cerebro humano cambia y se adapta constantemente, lo que significa que hábitos problemáticos se pueden revertir.
La necesidad de jugar suele surgir porque el cerebro se anticipa a la recompensa (la liberación de dopamina) que se deriva de ello. En lugar de actuar en función de la necesidad de jugar, una persona que realiza otra actividad placentera, como salir a correr o llamar a un amigo, puede volver a entrenar su cerebro para que asocie la recompensa con la nueva actividad.
La repetición es importante a la hora de entrenar el cerebro para revertir conductas problemáticas. Mediante la repetición, se crean nuevas asociaciones actividad-placer, haciendo que las ganas de jugar desaparezcan. A una persona que reconoce qué desencadena su necesidad de jugar probablemente le resulte más fácil cambiar su comportamiento.
La necesidad de jugar puede sentirse a la misma hora del día, o cuando una persona se siente sola, o escucha un sonido en particular. Conocer sus desencadenantes le permite a una persona poner en marcha estrategias para controlarlos.
Para finalizar
La industria de las apuestas en línea crece a pasos agigantados. Además de las innovaciones tecnológicas y estrategias de marketing, lo que atrae a los usuarios a la actividad de apuestas en vivo y juegos de azar es lo que ocurre a nivel neurológico. Desarrollar buenos hábitos e informarse sobre los efectos del juego es fundamental para tener una buena experiencia en este tipo de plataformas.