El cordero y la centolla | Juan Salvador Miranda | Opinión
Sin lugar a dudas dos platos que son marca registrada en la Patagonia son el cordero y la centolla uno proveniente del campo y otro de las profundidades del mar austral.
Los recuerdos que uno tiene de su niñez aún perduran son los olores y los sabores que generaban las cocinas magallánicas cuando nuestras abuelas y nuestras madres creaban magia con sus recetas.
El cordero
La introducción de las ovejas en Magallanes se remonta al año 1876, cuando el gobernador Diego Dublé Almeyda trajo el primer grupo de ovejas desde las Islas Malvinas. Este evento marcó el inicio de la actividad ganadera ovina en la región, eso dio pie a que se crearan estancias donde se criaban dichas ovejas en nuestra región.
Los grandes frigoríficos faenaban las ovejas, los capones y los corderos, muchos se exportaban, pero también los ciudadanos podían acceder a los animales faenados, la dieta giraba en torno a esos productos, el cordero era la guinda de la torta y todos podían tener en su dieta aquella apetecida carne.
Hoy el asado de cordero es una de nuestras grandes recetas que han cruzado los continentes.
La centolla
La pesca de centolla en Magallanes tiene una larga historia, comenzando en 1928, con los caladeros inicialmente centrados en zonas cercanas a Porvenir y Bahía Inútil en Tierra del Fuego. A lo largo de los años, la actividad se expandió a otras áreas como el Seno Almirantazgo, Isla Dos, el sur de la Península de Brunswick, el Seno Otway, se ha expandido por toda la región de Magallanes. A partir de los años setenta la actividad industrial que se realiza con dicho crustáceo creció en demasía.
Otro de los platos destacados de nuestra región es la centolla, en su gran mayoría se exporta a varios países del mundo y se ha creado una actividad fuerte para los pescadores artesanales.
El crustáceo brinda una carne con una fina textura y un sabor que conquista hasta los paladares más exigentes.
En algún momento de nuestra historia todos los habitantes de nuestra región accedían tanto como a los corderos como a las centollas, hoy los precios son prohibitivos para muchos de nuestros ciudadanos.
Es fundamental poder investigar sobre nuestra gastronomía, sobre su historia y como se ha logrado innovar y mezclar sabores en Magallanes.
En estos tiempos es más exclusivo acceder a dichos productos.



