Cuando la política usa a la ciencia: paracetamol, autismo y el poder de la desinformación | Marcelo González Aravena, Doctor en Ciencias

Durante esta semana nos hemos enterado de una afirmación sorprendente, según el presidente Trump las mujeres que han tomado paracetamol o acetaminofén durante su embarazo, tienen una relación directa con el incremento del autismo de sus hijos nacidos.
Esta afirmación ha causado revuelo en la comunidad científica internacional. Trump nos tiene acostumbrado a este tipo de afirmaciones y a una puesta en escena grandilocuente. Durante la pandemia de Covid-19 promovía el uso de la cloroquina para combatir el virus SARS-CoV 2 antes que existiera evidencia sólida, mientras la comunidad científica trabajaba arduamente en una o más tipos de vacunas que al final salvaron a millones de personas. Hoy, líderes de distintas corrientes políticas están constantemente negando el Cambio Climático y con ello reduciendo fondos públicos para la ciencia, precarizando a los trabajadores del conocimiento.
Es peligroso cuando estas afirmaciones que juegan con la vida humana están incluso avaladas con datos científicos. Pero primero, entendamos porque Trump afirma esto. El paracetamol es el medicamento de venta libre para el dolor y la fiebre más utilizado durante el embarazo, y más del 50% de las mujeres embarazadas usan paracetamol en todo el mundo. Numerosos estudios bien diseñados han indicado que las madres embarazadas expuestas al paracetamol tienen hijos diagnosticados con trastornos del neurodesarrollo, incluido el trastorno del espectro autista y el trastorno por déficit de atención con hiperactividad, en tasas más altas que los hijos de madres embarazadas que no estuvieron expuestos al paracetamol. Por lo tanto, la afirmación de Trump es correcta? La respuesta para un científico o alguien bien informado debería de ser NO!!! Porque de los 46 estudios, 27 mostraron asociaciones positivas con trastornos del neurodesarrollo. Ósea hay un matiz en la afirmación de Trump, en parte tiene razón y en parte no. La desinformación no siempre es una mentira. A veces es una simplificación, una omisión, una exageración.
En esta época de la “Big data” o el análisis de millones de datos debemos ser responsables informando a la comunidad revisando otros trabajos, para llegar a una mejor certeza. Por ejemplo, investigadores suecos el 2024 analizaron 2.4 millones de niños nacidos en Suecia desde 1979. No encontrando evidencia de un mayor riesgo de autismo en niños cuyas madres usaron paracetamol durante el embarazo, una vez que se tomaron en cuenta los factores familiares y genéticos. Recordemos que el autismo no tiene una causa única y simple. Se desarrolla a través de una compleja interacción de factores genéticos y ambientales. Si bien la genética juega un papel importante, ningún gen o mutación explica el autismo por sí solo.
Los expertos están de acuerdo en que no hay necesidad de cambiar los consejos existentes: el paracetamol sigue siendo seguro para el dolor o la fiebre en el embarazo cuando se toma según lo recomendado.
Ahora, usar una estrategia comunicacional, que quizás promueva una política pública, por parte de los políticos de cualquier signo debe ser responsable. Puede ser una buena señal que alguien en base a evidencia científica afirme algo. Pero la ciencia es compleja y no se puede reducir a una cuña política o eslogan. Hay que estar atentos ya que estas afirmaciones pueden ser mal intencionadas o erróneas para promover el desarrollo de una industria, ideología o religión.