Las calles empedradas de Punta Arenas: requiem para un patrimonio perdido | Manuel Luis Rodríguez U.

En estos tiempos de incertidumbre y de cambios acelerados, hay un patrimonio histórico de Magallanes que se está perdiendo: las calles empedradas de Punta Arenas. Se están deteriorando inexorablemente y ninguna gestión pública ha sido capaz de encontrar una solución de rescate.
Las últimas calles empedradas ubicadas en el centro histórico de la ciudad, son ahora objeto de debate y polémica donde los vecinos se dividen entre preservar o desmantelar.
En otras ciudades del mundo, donde sí existe conciencia histórica y responsabilidad de la autoridad, las antiguas calles empedradas, incluso las calzadas romanas del Imperio que llevaban hacia Roma, son preservadas como patrimonio, porque representan un elemento visible y esencial de su historia. Ciudades europeas modernas como Paris, Londres, Copenhague, Madrid, Zagreb, Roma, Florencia, Venecia o Berlín, conservan sus calles empedradas a pesar de guerras y cambios históricos.
En Punta Arenas, la mayor parte de las calles empedradas fueron el fruto del trabajo abnegado de cientos de obreros croatas y chilotes, que dieron forma a la ciudad desde los inicios del siglo XX e incluso durante los últimos decenios del siglo XIX. La Municipalidad de Punta Arenas, antes denominada Junta de Alcaldes era la responsable de contratar grupos organizados de empedradores.
Existen soluciones de rescate del empedrado, que pueden permitir que los habitantes e incluso los automovilistas puedan transitar cómodamente sobre esas calles.
Cuando desaparece una calle empedrada de nuestra ciudad, hay un trozo visible de nuestra historia, de nuestro patrimonio urbano y la memoria del trabajo, que se están sacrificando lamentablemente en nombre de la modernidad.
Manuel Luis Rodríguez U.