“En el día de mi región, no me digas lo que tengo que hacer” por Daivor Eterovic Consejero Regional por Magallanes

Podemos establecer que la descentralización no puede ser un fin en sí misma, sino que un medio, una herramienta. También es posible concluir que la descentralización no es otra cosa que la distribución o el reparto del poder.
Por otro lado para que la descentralización sea efectiva y validada por la ciudadanía, esta debe ser participativa, para lo cual los ciudadanos deben poder elegir a sus autoridades locales.
Desde una mirada más negativa y pesimista.
Se puede afirmar que la descentralización no elimina por ejemplo la corrupción, o las malas decisiones. Sin embargo regionaliza o focaliza en un ámbito local los hechos de corrupción y posibilita que aunque se tomen malas decisiones y se cometan errores, estos sean de responsabilidad de las propias comunidades y de las autoridades que estas han elegido.
Dicho de otra manera y de acuerdo a lo expresado por quienes han transitado este camino, antes que nosotros. “Es preferible contar con nuestros propios inútiles, antes de tener que sufrir la imposición centralista de estos”. Entre otras cosas porque es más fácil y es preferible detectar y corregir en el propio territorio cualquier desaguisado, antes de tener que sufrir, sin siquiera saber a quién le debemos el “favor”.
Dicho esto, es preciso establecer que la descentralización como herramienta, aunque imperfecta, es un avance en materia de democratización de la sociedad. Es un paso más. Con sus pro y sus contra. Eso es en esencia.
Por otro lado., esto asusta a algunas autoridades, ya sean estas Parlamentarias o Ministeriales, al punto de oponerse a la voluntad y decisión de la propia Presidenta de la Republica y es así que una vez más aparecen los iluminados de siempre que nos alertan de la eventual aparición de “nefastos y peligrosos caudillos locales”, “ de populistas”, de la carencia de conocimientos y actores relevantes que puedan tomar buenas decisiones en la regiones y con ello, una letanía de conceptos trasnochados y lugares comunes, sin contenido, que buscan adormecer y desviar un debate que debiera ser uno de los temas más importantes de la agenda política nacional, pero que sin embargo aparentemente solo interesa a los Consejeros Regionales y a un bajo porcentaje de los habitantes de las regiones.
Es fácil concluir que los mismos que no quieren Asamblea Constituyente, son quienes se oponen a la Regionalización. Es más, son los mismos que abogan solo por maquillajes a la Constitución y las Leyes. Son los mismos que llevan demasiado tiempo en el poder, o que siendo novatos, han aprendido rápidamente a que árbol o matorral arrimarse y son los “mismos y mismas” que pretenden perpetuarse en los cargos. Porque para estas personas, el poder y la defensa de intereses corporativos son el fin en sí. Y en ningún caso la democratización que combata la tan manoseada desigualdad e injusticia social del país más desigual e injusto del mundo.
Como diría un hermano Colombiano., ¡Qué pena con usted!