A propósito del Día del Patrimonio – Javier Muñoz Vidal – Opinión

A propósito del Día del Patrimonio – Javier Muñoz Vidal – Opinión

Este fin de semana se celebraron los 20 años del primer “Día del Patrimonio” en nuestro país. Desde ese primer edificio abierto en Santiago el año 1998, son hoy en 2018 cientos los que abren sus puertas y otras tantas más las actividades que se realizan a lo largo de todo nuestro país.

Fueron largas las filas frente a los palacios y museos del centro de Punta Arenas, esos que nos recuerdan una época dorada, donde el Estrecho de Magallanes era el paso obligado entre los océanos Pacífico y Atlántico. Fue una fiesta para nuestras familias.

Pero no sólo de casas centenarias se trata esta nutrida actividad, sino también de darnos un tiempo, al menos una vez al año (dos en el caso de Magallanes, ya que en octubre tenemos nuestro día del Patrimonio Regional), de apreciar nuestro “Patrimonio” en el sentido más amplio de la palabra.

Pero ¿es sólo eso el día del Patrimonio Cultural?, ¿qué sucede con esos verdaderos tesoros culturales, y me refiero a las piedras vivas de la cultura y de nuestra región?, ¿Quién recuerda a las personas que hicieron y hacen grande a este territorio? Y no hablo sólo de los Menéndez, los Braun o los Behety, hablo de aquellos que vivían en estos suelos de cara al viento, antes que figuráramos en algún mapa hecho por europeos. Me refiero al chilote que vino para plantar una bandera y de paso unas papas para mantener a su familia, hablo del que escapó de una guerra o que simplemente se hizo a la aventura, desafiando el horizonte para legar un mejor futuro a sus hijos e hijas.

El Patrimonio vivo, cultural e inmaterial, no es sólo un anecdotario y aunque no sepamos sus nombres o sus rostros no estén plasmados en un cuadro, sus huellas las vemos todos los días, partiendo con mirarnos en un espejo y reconocernos que con nosotros no comenzó todo y que nos encontramos en esta tierra, porque alguien tuvo la valentía de emprender en este espacio austral.

La enseñanza que me deja el día del Patrimonio de este año, es que los edificios los necesitamos, ellos son y resguardan gran parte de nuestra riqueza, pero nos falta ahondar en la vida, costumbres, sueños e incluso dolores de quienes habitaban los zócalos de estos museos, o de quienes llegaban hasta el “río del carbón” a negociar con los primeros colonos, o a los que se les ordenó portar un fusil para cuidar la bandera nacional, o a quienes al bajar de un barco, iniciaban acá una nueva vida, incierta, pero que sin duda querían que fuera mejor de la que ya tenían.

Ellos son nuestro Patrimonio.

Javier Muñoz Vidal