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Investigación CEQUA apunta a fortalecer el turismo con pumas de manera segura en el Paine

Investigación CEQUA apunta a fortalecer el  turismo con pumas de manera segura en el Paine

El Parque Nacional Torres del Paine figura como el primer destino en el mundo para apreciar pumas  en su hábitat natural. De ahí la relevancia del proyecto que está desarrollando el Centro Regional Fundación CEQUA y que se titula “Desarrollo de una oferta turística segura para el avistamiento de pumas en el Parque Nacional Torres del Paine”.

El estudio cuenta con financiamiento del Fondo de Innovación para la Competitividad (FIC-R), dependiente del Gobierno Regional de Magallanes y Antártica Chilena, y considera la activa participación de la Corporación Nacional Forestal (Conaf) Magallanes, la Asociación Gremial de Guías Turísticos de Puerto Natales, además de las agencias y guías operadores de turismo con pumas de la región.

La iniciativa está a cargo de José Luis Cabello, médico veterinario y especialista en fauna silvestre, quien explica que el puma es el mamífero salvaje terrestre con mayor presencia en el continente americano, ya que se encuentra desde el Yukón, en Canadá, toda la Cordillera de los Andes y la Patagonia chileno-argentina.

Por ello, este fascinante animal es hoy objeto de interés para los turistas que arriban a Magallanes en busca de una experiencia salvaje en el PNTP. La oferta del turismo de intereses especiales que considera el avistamiento de pumas es relativamente reciente si se compara con el turismo escénico o el de avistamiento de aves. No obstante, su crecimiento es sustantivo y en la actualidad existe un grupo de operadores turísticos que ofrecen el avistamiento de pumas como alternativa en Torres del Paine y, para ello se han desarrollado diversas estrategias tanto dentro como fuera del parque.

Monitoreo de la especie

En la Corporación Nacional Forestal hay expectación por los resultados que puede generar este proyecto. Mauricio Ruiz, jefe del Departamento de Áreas Silvestres Protegidas de Conaf Magallanes, plantea que esta iniciativa se convierte en una oportunidad para conocer lo que están haciendo los guías de turismo, en ámbitos como el avistamiento de pumas o los llamados safaris fotográficos.

“Se puede identificar cómo se está haciendo ese trabajo y si se están usando buenas prácticas. Se espera aplicar normativas de acuerdo al avistamiento de pumas en particular, porque se trata de una especie significativa y es riesgoso cómo algunos turistas se acercan a la especie”, comenta Ruiz.

El proyecto permitirá establecer un protocolo más certero para apreciar al animal, ya que se realizará un monitoreo con GPS de posicionamiento global, que permitirá demostrar que en tiempo real se puede hacer un seguimiento de los operadores turísticos al interior del Paine. Sería la antesala de un monitoreo a los visitantes que ingresan a la montaña, por ejemplo. Esto puede ser una prueba y una antesala para otro tipo de proyectos y por eso hay expectación por los resultados. En particular permitirá generar convenios con operadores de turismo que ofrecen el servicio de avistamiento de pumas. Hay 12 concesiones turísticas al interior del Parque, y convenios con kayakistas y con quienes hacen cabalgatas. Pero no existen acuerdos de este tipo con quienes se dedican al avistamiento de fauna.

Las estadísticas de Conaf indican que cada vez es más común ver pumas en el parque. Se han hecho muestreos referidos a la población de pumas se estableció que hay cerca de 22,6 individuos por cada 10 kilómetros cuadrados. Y en el ecosistema que se forma en los alrededores del lago Sarmiento es donde se concreta el mayor número de pumas.

Implicancias del turismo especializado

Debido a las particulares características de la especie puma, este tipo de turismo presenta riesgos implícitos que, en general, están medidos por el comportamiento de los mismos turistas y en especial de las recomendaciones y acciones de los guías. Existe entre quienes toman decisiones -como administradores del área, operadores turísticos, visitantes y público en general- una percepción de riesgo en distintas escalas, tanto para las personas como para la especie, por el aumento no regulado que se espera para este tipo de turismo especializado.

“Como punto de partida se debe reconocer que el desarrollo del turismo de avistamiento del segundo felino más grande de Sudamérica tiene implícitos riesgos que deben ponderarse, más aún si este tipo de turismo se desarrolla al interior de áreas silvestres protegidas al amparo de una institución del Estado garante de la seguridad de la fauna y de las personas”, advierte José Luis Cabello.

El proyecto tendrá una duración de 18 meses y propone el uso de tecnología innovadora, a través de una plataforma SIG – satelital, que permitirá monitoreo turístico en tiempo real e incluirá aspectos como el desarrollo de una base de datos de intensidad de uso turístico,  información en tiempo real, base biológica dinámica de la especie, medidas correctivas y comunicación entre los actores involucrados. Además de capacitación a funcionarios de Conaf, operadores turísticos, y pruebas en terreno de equipos de protección y seguridad.

Durante los últimos 5 años la población local y los turistas en general han observado que se ha incrementado el avistamiento de pumas en las áreas de uso público del PNTP. En estos encuentros los pumas se han mostrado más accesibles, lo que también ha dado paso a reportes de eventos que se pueden catalogar como riesgosos hacia los humanos, sean éstos turistas o guardaparques.

“Este tipo de conducta, según la literatura científica, es la más importante para evaluar los riesgos de ataques a humanos ya que se asocia con la ocurrencia de eventos de pre ataques o ataques de prueba, comunes en felinos. Aunque estos riesgos han sido ampliamente cuestionados, hoy existe la base científica para determinar su importancia. El principio precautorio al verse en riesgo la vida humana señala que deben tomarse medidas preventivas consensuadas, ya que se pone en peligro a los visitantes y también a los pumas por las medidas correctivas que en general se implementan luego de un eventual ataque animal”, afirma el especialista.

En ese sentido, señala que “tenemos grandes deudas en el tema manejo turístico de especies potencialmente peligrosas, que deben ser corregidas con prontitud para enfrentar el crecimiento turístico sostenido que se espera para este segmento en los próximos años y prevenir efectos negativos en la especie puma y  riesgos para la vida humana”.

Una de las vías para corregir estas falencias es el desarrollo de un marco normativo concreto, basado en información científica para el desarrollo de esta actividad que incluya aspectos como certificaciones, medidas de seguridad y reglas claras de comportamiento, así como educación y difusión.

“Durante el desarrollo del proyecto estaremos en estrecha colaboración con los científicos,  operadores y guías que están desde hace mucho relacionándose con la especie, lo que nos permitirá  elaborar  en conjunto una normativa  consensuada, transversal y un método de fiscalización efectivo”, refuerza el médico veterinario.