«Aunque nos cansemos, aunque haya que volver a la “normalidad”, la esperanza estará más intacta» – Dalivor Eterovic – Opiniones

«Aunque nos cansemos, aunque haya que volver a la “normalidad”, la esperanza estará más intacta» – Dalivor Eterovic – Opiniones

Hoy millones de chilenos y chilenas se levantan para protestar por una larga lista de demandas urgentes y bastamente conocidas. La profundidad de estas demandas es tal que ha llegado a calar en sectores tradicionalmente “quitados de bulla” y más bien acostumbrados a obtener una segunda y tercera derivada que de explicación a los que les ocurre, sin duda influenciados por un sistema que los ha formado, los ha entrenado para creer que el mercado y el estado de derecho imperantes en Chile, que la democracia representativa y el falso espíritu republicano imperantes en Chile, son el estado natural en el cual se debían mover, nunca antes habían imaginado que es posible salir de esta situación para explorar y proponer un nuevo orden de cosas. Tal vez sospechaban que la vida puede ser otra cosa, muchos y muchas anhelaban un cambio,  pero los cambios sociales que en otros países tardan mese o unos pocos años en madurar, en el nuestro se dilata por décadas..

Tenían que llegar una vez más los jóvenes para explicar en corto, explicar haciendo, explicar protestando, explicar evadiendo, que Chile está mal. Que Chile debe cambiar.

Los jóvenes que llevan los dolores  las penas, los anhelos y las frustraciones de sus familias a la calle.

Estos jóvenes han convencido con sus actos a ese cliente, al usuario, al consumidor, al vecino, al colaborador, al clase media, al emprendedor, al librepensador, al apolítico, al independiente y un cuánto hay de adjetivos  y categorías que el propio modelo reproduce e impone y del cual los trabajadores y el pueblo asalariado termina convenciéndose. Es ese largo listado de categorías el que hoy dice basta. Pero en rigor son las y los trabajadores.

La reacción del gobierno derechista no puede ser otra que la confusión, el cinismo, la mentira y el actuar ilegal para imponer estados de emergencia que dan la atribución al milico más antiguo de cada zona para hacer y deshacer. Esto es absolutamente ilegal e inconstitucional, además de ser la máxima expresión de la incapacidad e ineptitud política, pero es propio de los gobiernos derechistas en nuestro continente y en el mundo.

Así hoy tenemos detenciones ilegales, apremios ilegítimos, torturas, acoso y abuso sexual, lugares clandestinos de detención, entre otras tropelías.

Sebastián Piñera y su Gobierno es responsable de un número aún desconocido de muertos y desaparecidos, es responsable de mentir y alterar las cifras de víctimas y las reales causas de muertes en sus informes oficiales.

En Magallanes el Intendente José Fernández D. y sus SEREMIS, son responsables de los heridos, detenciones ilegales y abusos que han ocurrido en los últimos días en la ciudad.  Son responsables de pretender imponer la normalidad y exponer a jóvenes y niños al reanudar las actividades escolares en medio de un clima de protesta y descontento, con locomoción colectiva deficiente y con militares en las calles que con su sola presencia, atemorizan a los menores de edad.

El Gobierno Regional de Magallanes debe asumir la responsabilidad por instruir a militares y Carabineros para imponer la mayor violencia registrada con ocasión de la expresión popular en nuestras calles.

Las fuerzas especiales y el carro lanza agua que Piñera destinara a Magallanes en su primer gobierno como respuesta a la revuelta del gas. Hoy actúan en coordinación con militares y PDI para reprimir y atemorizar. Se ha dispuesto de un recinto de detención absolutamente ilegal como lo es el Gimnasio del GOPE. Recinto que escapa a toda normativa vigente.

La movilización y protesta sigue creciendo y el rechazo y descontento con las instituciones también y desde esa perspectiva ya nada será igual. Hoy los corruptos, los ladrones, los coimeros, los que trafican influencias, los que se coluden, nos han llevado al actual estado de cosas. Nada obtendrán pidiendo perdón, nada cambiara con sus mea culpa y sus lagrimas de cocodrilo.

El país les exige el término del abuso y la desigualdad. Para eso es esencial terminar con los privilegios, es esencial que los que se han enriquecido abusando, devuelvan lo robado, es esencial una nueva constitución que garantice derechos concretos, es esencial que todo cambie y eso no lo va a permitir ni la derecha política, ni la derecha económica ni sus socios de la centro izquierda, hasta ahora, tan hábiles para mimetizarse.

Lo que ocurre es tan profundo que aunque nada o muy poco cambie, en adelante, el nuevo trato lo impondrá el pueblo y las reglas del juego cambiaran de hecho, hasta que sea el propio pueblo el que logre sacudirse de toda una generación nefasta.

Aunque nos cansemos, aunque haya que volver a la “normalidad”, la esperanza estará más intacta y los niveles de organización y autodeterminación crecerán.

Dalivor Eterovic Diaz.