Si gana el A Favor, gana la incertidumbre | Víctor Maldonado | Opinión

Si gana el A Favor, gana la incertidumbre | Víctor Maldonado | Opinión
  • Cuando un grupo de parlamentarios de oposición, del Partido Republicano y de Chile Vamos, anunciaron su opción por el “En contra”, otros en la derecha reaccionaron diciendo que eso demostraba que los extremos se juntan.
  • Lo que se quiso decir es que rechazar el texto constitucional es algo propio de la izquierda radical y que no es raro que otro tanto ocurriera en el polo opuesto. Se trataría de la misma falta de ponderación.
  • En política, lo que más importa es la coherencia, no las coincidencias. Dos adversarios pueden concordar en que dos y dos son cuatro, eso no significa que estén colaborando. Coincidir en reconocer hechos no es compartir propósitos.
  • Los parlamentarios disidentes tienen sus propias y particulares razones para romper con el monolítico frente que hasta ahora se había dado en la oposición.
  • Los argumentos no son nada desdeñables ni se deben exclusivamente a disputas personales entre liderazgos. El senador Rojo Edwards no se opone al resto de su sector para perjudicarlo. A pesar de las consecuencias negativas que le pudiera ocasionar, lo que busca es evitarle un peligro.
  • En opinión de Edwards, “el problema del triunfo del A Favor es que explica probablemente hasta una década de incertidumbre asegurada”. La finalidad más importante del cambio de Constitución no se cumpliría.
  • Constatar riesgos es algo que se puede hacer desde distintas posiciones políticas y muchos constitucionalistas han alertado sobre lo mismo: la ambigüedad de la redacción del texto se va a expresar en una mayor judicialización de casos en las cortes y en el Tribunal Constitucional.
  • El senador republicano afirma que la propuesta “no cierra nada”. Los autores de la estrategia en su sector se consideran muy astutos al dejar normas sujetas a interpretaciones, pero eso es lo que teme Edwards: “un izquierdizado Tribunal Constitucional va a tener la potestad de zanjar toda diferencia de interpretación”.
  • Edwards dice la pura verdad cuando señala que «siempre el Partido Republicano ha dicho que Chile no necesita una nueva Constitución”. Es posiblemente cierto que su consecuencia sea que “hay un gran porcentaje de republicanos que están en contra, es más, me atrevería a decir que más de la mitad está en contra”.
  • La flexibilidad táctica nunca ha sido la especialidad de la derecha más dura. Y no es extraño que entiendan que deben seguir defendiendo los planteamientos que les generan mayor sentido de pertenencia.
  • No se ve cómo podría colaborar esto en unir al país. Es una polémica interesante, pero ajena y se sabe que en disputas de casados no hay que meterse. Se trata de un debate al interior de la oposición que se podrá resolver mejor o peor, pero en el que carece de sentido que los demás se inmiscuyan.
  • Si la derecha es coherente en su argumentación, no tiene nada que temer de los disidentes, pero ocurrirá todo lo contrario si, partiendo de las mismas premisas, llegan válidamente a distintas conclusiones.
  • Ya es bastante malo que una Constitución encuentre su respaldo en un solo sector político, careciendo desde el inicio de transversalidad; bastante peor resulta que no consiga una completa adhesión en su propio lado de la cancha.

Víctor Maldonado R.