A cinco años del estallido social | Alicia Stipicic, candidata a la reelección como concejal (RN)

A cinco años del estallido social | Alicia Stipicic, candidata a la reelección como concejal (RN)





El próximo 18 de octubre se cumplirán cinco años del llamado Estallido Social que, la verdad, debiera hablarse más bien de un “estallido delictual”, porque a contar de ese día y lo que vino en adelante fue el caos para el país, la seguidilla permanente de destrozos, desmanes, atentados contra la propiedad pública y privada, dejando a la población de manos cruzadas, observando cómo la delincuencia se tomaba las calles y se apropiaba de lo ajeno.

Serán cinco años de esa hecatombe en la que hubo violencia, dos procesos constituyentes fallidos para los sectores de izquierda y, al final, la sensación de que todo sigue prácticamente igual, o peor, incluso.

Todo ese extremista movimiento utilizó el alza del transporte público en Santiago como la bandera para exigir derechos y, prácticamente, libre albedrío. Lo que partió como un incremento marginal, desató una reacción desmedida, agresiva, violenta como no conocíamos en el Chile después de los noventa.

En la movilización de octubre de 2019, muchos se sumaron a las protestas pacíficas por sentirse vulnerados, por ser parte de grupos que se consideran oprimidos o marginados, pero que, en su día a día, se esfuerzan por salir adelante, sin violencia, trabajando o buscando incansablemente alguna fuente de sustento, pero otros se aprovecharon de esa consigna para destruir, para quebrar los cimientos de la institucionalidad y poner al país al revés, a merced de su violencia. Y surgieron centenares de villanos, en todo el país, también en nuestro querido Punta Arenas, para ser parte de ese momento de resarcimiento con malas prácticas.

Uno, después de casi cinco años, se pregunta ¿dónde están los jóvenes que impulsaron esa movilización? Ya no hay protestas ni movilizaciones cómo se vieron en 2019. Hay sectores, de izquierda que siguen hablando de la necesaria igualdad, pero ya no convocan marchas en las calles, ya no llaman a quemarlo todo. ¿Por qué no? Porque los grupos que armaron el “Estallido Delictual” son de izquierda, son esos mismos que llevaron a Gabriel Boric a instalarse en La Moneda, junto a su séquito de amigos ministros y asesores de ministros.

Después de casi cinco años, ¿Chile ha cambiado? Al menos, una de las encuestas más conocidas, da cuenta de que un 50% de los chilenos considera que el estallido social fue malo. No hay un balance positivo sobre ese complejo escenario que todos los chilenos enfrentamos, con dolor al ver que el país se desmoronaba por culpa de violentistas que no creen en nada más que arrojar una piedra y conseguir beneficios. Fue tan grave el estallido social, como le llaman algunos, que el ex Presidente Sebastián Piñera -quien debió enfrentarlo en su administración- declaró que “se trató de un golpe de Estado no tradicional, porque no fueron las Fuerzas Armadas que buscó debilitar las bases mismas de la democracia. Estaban dispuestos a quemarlo todo: iglesias, colegios, hospitales, monumentos, plantas de energía y lo que se cruzara en su camino. El fuego fue un gran aliado de estos terroristas-anarquistas que quisieron destruir nuestro país”.

A cinco años, si uno mira a este Chile de hoy, al menos, las movilizaciones violentas en las calles y los destrozos no son parte de las demandas justas de reivindicar, pero usando otros caminos, no la violencia.