El,PEDZE: una política pública con rostro ciudadano | Arturo Díaz Valderrama, Consejero Regional por Magallanes

El,PEDZE: una política pública con rostro ciudadano | Arturo Díaz Valderrama, Consejero Regional por Magallanes


Luego de años de trabajo sostenido entre el Estado y la sociedad civil, el Consejo Regional ha aprobado el Plan de Desarrollo de Zonas Extremas (PDZE), una iniciativa emblemática que marca un antes y un después en la forma de hacer política pública en nuestro país. Impulsado por el gobierno del Presidente Gabriel Boric, este plan no solo representa una importante inyección de recursos para regiones aisladas y postergadas como la nuestra, sino que también encarna un modelo de planificación territorial que pone en el centro a las comunidades.
El PDZE busca mejorar la calidad de vida mediante inversiones significativas en áreas fundamentales como la educación, la salud, la conectividad y la infraestructura. Pero su mayor valor no está únicamente en el monto de la inversión, sino en el modo en que fue concebido: desde y con los territorios.
A diferencia de otras políticas que muchas veces se diseñan entre cuatro paredes, desconectadas de la realidad concreta de quienes habitan las regiones, el PDZE se construyó con una participación activa y constante de la ciudadanía. Organizaciones sociales, juntas de vecinos, gremios, actores locales y regionales formaron parte de un proceso que permitió identificar con claridad las necesidades más urgentes y los desafíos más sentidos. En definitiva, este plan recoge lo que la gente ha venido señalando por años: que las decisiones sobre el futuro de nuestros territorios no pueden tomarse sin nosotros.
Esa participación no fue un mero ejercicio consultivo ni una formalidad para la foto. Fue parte del diseño mismo del plan. Y eso le entrega al PDZE no solo mayor legitimidad, sino también mayor eficacia, porque responde a demandas reales, contextualizadas y prioritarias. ¿Quién mejor que las propias comunidades para saber qué hace falta en su barrio, en su isla, en su comuna?
Este proceso nos deja una lección poderosa: cuando el Estado confía en la ciudadanía, y cuando las instituciones abren espacios reales de participación, se generan políticas más justas, más pertinentes y más duraderas. La democracia se fortalece cuando las decisiones no se imponen desde arriba, sino que se construyen desde abajo, desde las bases sociales que conocen de primera mano lo que significa vivir en zonas extremas.
El PDZE es una muestra concreta de cómo debería funcionar un sistema democrático que aspire a ser inclusivo y equitativo. Un sistema donde la voz de las comunidades no solo sea escuchada, sino también considerada como un insumo fundamental para la toma de decisiones. Ojalá este ejemplo sirva de inspiración para otras regiones y otros procesos. Porque el desarrollo de un territorio no se decreta: se construye con participación, justicia territorial y visión de futuro.
Hoy celebramos la aprobación del PDZE. Pero más allá de esa buena noticia, celebramos la posibilidad de habernos sentido parte de su creación. Y eso, en tiempos donde la confianza en la política parece escasa, es quizás lo más valioso de todo.