La tiranía del algoritmo | Oscar Muñoz Cea | Opinión

Desde la invención de la escritura hasta el advenimiento de la Inteligencia Artificial, las redes de
información han sido, como bien expone Yuval Noah Harari en su obra Nexus, el verdadero motor
de la civilización humana. Sin embargo, este poder nos ha conducido a una encrucijada existencial.
Si las democracias se basan en una conversación pública y una realidad compartida, ¿qué sucede
cuando esa conversación es privatizada, micro-segmentada y armada por algoritmos diseñados
para la manipulación?
La respuesta no es académica, es política: la información ha dejado de ser conocimiento para
convertirse en un instrumento de control totalitario, disfrazado de libertad de elección, bien lo
demuestra el mencionado caso de Cambridge Analytica, donde se estableció un nuevo manual de
Control Político, este mencionado caso fue un ensayo general de la guerra de la información,
utilizando una vasta red de datos personales, Cambridge Analytica demostró cómo una fuerza
política puede abandonar la persuasión masiva para centrarse en el micro-targeting psicológico.
No se trataba de convencer a la mayoría, sino de identificar a los indecisos y a los emocionalmente
vulnerables para enviarles mensajes personalizados que explotaran sus miedos, sesgos y prejuicios
más íntimos.
Esta práctica destruye la base de la democracia, cuyo Capítulo 9 de Nexus cuestiona si podemos
seguir manteniendo una conversación significativa. ¿Cómo mantener un diálogo cívico cuando cada
ciudadano vive en una burbuja de realidad personalizada, alimentada por datos que lo confirman
en su extremo más volátil? La vieja propaganda apelaba a la nación; la nueva, apelando
directamente al subconsciente, atomiza a la sociedad, haciéndola susceptible no a un líder, sino al
algoritmo que lo programa, acá el éxito de Cambridge Analytica residió en capitalizar el riesgo
latente que Harari identifica: el auge de redes de información sofisticadas amenaza la privacidad
individual y el libre albedrío, abriendo la puerta a un control nunca antes visto.
En ese sentido la crítica debe ir más allá de los actores políticos y señalar a la infraestructura en ese
sentido las grandes corporaciones tecnológicas, al centralizar el control del conocimiento y la
información (lo que Nexus llama colonialismo de datos), se han convertido en los verdaderos
árbitros del poder político. Los gobiernos ya no solo vigilan; externalizan su capacidad de vigilancia
a plataformas que recopilan los datos con nuestro consentimiento implícito.
Este modelo conduce a una preocupante disyuntiva, la amenaza de una Cortina de Silicio global.
Mientras las democracias occidentales debaten sobre la privacidad, los regímenes autoritarios, a
través de la Inteligencia artificial y el procesamiento de datos mejorado, consolidan su control
totalitario sobre sus poblaciones. La línea entre el capitalismo de vigilancia y el autoritarismo digital
se vuelve peligrosamente difusa, es en esta materia el voto se volvió algorítmico y no Cívico, si
nuestros miedos son explotados, si nuestra información es utilizada para predecir (y por lo tanto
forzar) nuestro voto, la decisión en la urna ya no es el resultado de un ejercicio cívico, sino la
culminación de un proceso algorítmico.
La ilusión de la mayoría se vuelve aún más peligrosa en este contexto. Una opinión minoritaria,
financiada y técnicamente asistida, puede ser amplificada y dirigida con tal precisión que se percibe
como una marea popular inevitable, arrastrando a los votantes a un consenso fabricado.
La única defensa real, tal como sugiere el análisis de Nexus, es la conciencia de esta encrucijada,
debemos exigir transparencia en la recolección y uso de nuestros datos y entender que hoy nos
encontramos en una batalla por la democracia, la cual ya no se desenvuelve en las calles sino en la
infraestructura y el manejo de la información la que da forma a nuestra realidad, sin estas medidas
nos arriesgamos a entregar todo el poder a los algoritmos y despertar en una nueva forma de
servidumbre digital.
Oscar Muñoz Cea, Ingeniero en Administración/ Publicista mención Marketing Digital