Autonomía, creatividad y territorio: Mujeres de Magallanes que transforman su presente

Autonomía, creatividad y territorio: Mujeres de Magallanes que transforman su presente

Programa Mujeres Jefas de Hogar impulsa emprendimientos, articulando redes y abriendo oportunidades reales de desarrollo local.

 En un Chile que avanza hacia la equidad y el reconocimiento del valor de las mujeres en todos los ámbitos de la sociedad, los programas públicos se transforman en herramientas concretas de cambio. En la Región de Magallanes, este proceso toma forma a través del Programa Mujeres Jefas de Hogar, impulsado por Sernameg y ejecutado por la Delegación Presidencial Regional, el cual no solo entrega capacitación, sino que articula redes, potencia talentos locales y abre nuevos horizontes de autonomía económica para mujeres que hoy se atreven a soñar —y concretar— sus propios proyectos.

El Delegado Presidencial Regional, José Ruiz Pivcevic y el Seremi de Gobierno, Andro Mimica Guerrero, recorrieron el taller de chocolatería y compartieron un diálogo cercano con las mujeres participantes. Ellas relataron sus sueños, sus proyecciones y ese fuerte deseo de surgir por sus propios medios. Las autoridades, conmovidas por el entusiasmo, la fuerza y la creatividad de las asistentes, conversaron sobre otros beneficios estatales a los que podrían acceder, abriendo así nuevas puertas de apoyo a través de servicios públicos complementarios.

Luego de su visita, el Delegado Presidencial Regional, explicó que “Junto al Seremi de Gobierno, Andro Mimica Guerrero, estuvimos acompañando al programa Mujeres Jefas de Hogar, que ejecutamos como delegación presidencial, un programa que busca entregar mayor autonomía económica a mujeres que llevan adelante sus familias. Hay dos talleres actualmente, de resina y de chocolatería, a cargo de Jacqueline y Rosa Paola, y en conversación con las usuarias del taller quedamos en seguir entregando herramientas de instituciones públicas, como el Fosis, y por qué no soñar con formar una cooperativa y seguir brindando herramientas a estas mujeres. Quiero también hacer un especial reconocimiento a Carolina y María Olga, que son funcionarias de la delegación presidencial y que están a cargo de la ejecución de este programa”.

En Punta Arenas, la Delegación Presidencial Regional ha dado vida a una experiencia transformadora que va mucho más allá del taller. A través de “Mujeres Jefas de Hogar”, programa emblemático de Sernameg, no solo se entregan herramientas para el emprendimiento, sino que se generan espacios donde florece la autonomía, se fortalece el tejido social y se diversifican las oportunidades reales para las mujeres.

En este marco, la visita de Francisca Arriagada Carrasco, encargada nacional del Programa Mujeres Jefas de Hogar, al taller de resina, fue una instancia emotiva y significativa. “Tiene una gran importancia este programa, porque es uno de los pocos en que las participantes son exclusivamente mujeres que están buscando trabajo o desarrollar un emprendimiento. Lo que busca es su autonomía económica, lo que les permite distintas libertades en su vida”, destacó.

Además, Francisca Arriagada, subrayó el papel fundamental del equipo ejecutor: “Ayudan a encontrar ese proyecto laboral que permite convergir todas las habilidades de las mujeres para insertarse laboralmente o emprender”.

Hoy, dos talleres —Resina y Chocolatería— marcan el rumbo de esta transformación. Lo más destacable: ambos son impartidos por mujeres que no solo ejercen como talleristas, sino que también son usuarias del programa. Jacqueline Alcayaga, a cargo del taller de Resina, y Rosa Paola Mansilla, del de Chocolatería, encarnan con fuerza el significado del empoderamiento nacido desde la propia experiencia, abriendo camino a otras mujeres como ellas.

Dos son las profesionales responsables de ejecutar el programa Mujeres Jefas de Hogar en Punta Arenas: María Olga Pérez Aburto y Carolina Andrade. Su trabajo ha sido clave para articular las redes locales, convocar a las participantes y gestionar la realización de talleres que responden a las necesidades e intereses de las mujeres del territorio. Ambas han impulsado con compromiso este proceso, generando espacios donde el aprendizaje se cruza con la experiencia, la confianza y el deseo de emprender.

Carolina Andrade relevó el entusiasmo que generaron ambos talleres: “Hubo mucha demanda. La técnica de la resina, por ejemplo, tiene múltiples procesos y cuidados, y se transforma en una fuente de ingreso ligada a la creatividad de cada una. Algunas lo suman a sus emprendimientos y para otras es su primera experiencia. Lo mismo sucede con la chocolatería: 15 mujeres participan en el taller ‘Sabores que endulzan, historias que sanan’, guiado por una mujer que vive de este oficio y hoy comparte sus conocimientos”.

La presencia en terreno de la directora regional de Sernameg, Pamela Leiva, reafirmó el compromiso institucional: “Estamos muy contentas de conocer a estas mujeres que han enfrentado desafíos que muchas en la región viven. Hoy vemos cómo, gracias a este programa, han transformado esas barreras en oportunidades, acompañadas por profesionales comprometidas, que no solo entregan herramientas, sino esperanza”.

Una de las protagonistas de esta historia es Jacqueline Alcayaga, quien además de impartir el taller de resina, es usuaria del programa. Su relato emociona: “Ingresar al programa fue una experiencia muy bonita que me abrió muchas puertas. Me ha enseñado que puedo sacar mi negocio adelante. Soy autodidacta, pero lo que aprendí lo puedo enseñar, y eso es lo más valioso. Todo lo que hacemos, lo hacemos con amor. Nos hemos equivocado, pero perseveramos. Y eso es lo que quiero transmitir”.

Este programa no solo entrega conocimientos técnicos. Lo que realmente se cultiva aquí es dignidad, confianza y la capacidad de reinventarse. A través de cada clase, de cada producto, de cada historia, las mujeres de la región están demostrando que el emprendimiento también es una forma de resistencia, de autonomía y de futuro.