Aysén, Los Lagos y Magallanes se ponen de acuerdo para fijar ruta de la agricultura del extremo sur
- Durante cuatro días, jóvenes de localidades como Huillinco, Punotro, Pichi Parga, Caleta Tortel, Cochrane, Chile Chico y otros rincones del sur recorrerán experiencias hortícolas, ganaderas y de turismo rural, buscando adaptar y compartir soluciones para producir en climas extremos.
En un paréntesis de buen tiempo, en medio de una primavera que aún se resiste a llegar, jóvenes campesinos de Los Lagos, Aysén y Magallanes dieron inicio en Puerto Natales a un encuentro que es mucho más que una gira técnica: se trata de poner sobre la mesa problemas similares, objetivos comunes y una apuesta clara por el trabajo asociativo, el intercambio de experiencias y la construcción de alianzas para seguir produciendo alimentos en el extremo sur de Chile, donde el clima aprieta y la soberanía alimentaria sigue siendo un desafío abierto.
Hasta la jornada, organizada por la Mesa de Jóvenes Rurales bajo el alero de INDAP, llegaron una veintena de campesinos de territorios diversos pero con climas y desafíos parecidos. Sectores rurales de Chonchi, San Juan de la Costa, Maullín, Fresia y Purranque en la Región de Los Lagos, junto a localidades emblemáticas de Aysén como Caleta Tortel, Puerto Sánchez, Puerto Tranquilo, Cerro Castillo, Mallín Grande, Chile Chico, Cochrane y sus alrededores. Zonas frías, de estaciones marcadas, donde producir hortalizas y asegurar forraje para el invierno es siempre una carrera contra el tiempo.
El acto de inicio fue encabezado por el delegado presidencial provincial de Última Esperanza, Guillermo Ruiz, quien destacó el sentido del encuentro. “Cuando los jóvenes del campo se organizan y se miran como región, también están pensando el futuro del territorio”. A su lado, el director regional de INDAP Magallanes, Gabriel Zegers, subrayó el compromiso del servicio. “Nuestro rol es acompañar estos procesos, entregar herramientas y abrir espacios para que la juventud rural tenga proyección y siga produciendo en el extremo sur”.
Intercambio de experiencias
La primera parada fue una experiencia de hidroponía que, en pocos años, pasó de un solo invernadero a más de una docena en producción. Allí los jóvenes conocieron sistemas para “ganarle al invierno”, hortalizas que crecen bajo techo, resguardadas del viento y la escarcha, y soluciones como el uso de agua de lluvia acumulada en sistemas de “guateros” asociados a las canaletas. Anotaciones en libretas, celulares y preguntas técnicas dieron cuenta del interés por adaptar estas innovaciones a cada realidad local.
Desde Magallanes, la Mesa de Jóvenes Rurales —a través de su representante Gonzalo Castillo— enfatizó el sentido de estos días de trabajo conjunto. “Queremos mirar el sur como una sola macrozona, compartir lo que estamos haciendo en horticultura, ganadería y turismo rural, y construir una ruta común para producir en tiempos de cambio climático sin perder el trabajo de las generaciones que nos anteceden”.
Por la tarde, la gira continuó hacia la cooperativa Ñuke Mapu, donde la producción se combina con un fuerte componente educativo y comunitario. Un predio que funciona como sala de clases al aire libre, abierto a escuelas, vecinos y organizaciones. Desde allí surgió la idea de que estos encuentros también pueden servir para impulsar futuras alianzas y, a mediano plazo, políticas públicas específicas para las zonas extremas.
Ahora la delegación continúa con visitas a INIA Kampenaike y a predios de usuarios y usuarias de INDAP en Punta Arenas y alrededores. Más allá del recorrido, el objetivo es claro: consolidar una red de jóvenes rurales del sur que, en territorios extremos, apuestan por producir alimentos sanos, respetar a quienes abrieron camino y asumir que la soberanía alimentaria del extremo sur también depende de ellos.

