“La alameda y las delicias del centralismo” por Ramón Arriagada Empresario

“La alameda y las delicias del centralismo” por Ramón Arriagada Empresario

ramonarriagadaEl día jueves, mientras se desarrollaba el ejercicio de enlace del transporte a la entrada de  Santiago, viajaba rumbo a Punta Arenas, para asistir por la tarde  a una convocatoria sobre “Descentralización” en la Universidad de Magallanes.  Movía ansioso el “seek” de la radio, tratando de romper con la zona de silencio en el dial de las emisoras chilenas, que se genera en nuestra extensa Patagonia.  Las expectativas estaban dirigidas a saber el  impacto de la protesta camionera en la población y en el gobierno.  Ya, temprano antes de salir de Puerto Natales, había escuchado al vociferante portavoz del rodado,  insistir que el Ministro del Interior debía ir al lugar donde él estaba.

Al llegar a Punta Arenas en la berma de la Avenida de acceso a la ciudad, unos diez “chocos” colocaban emblemas y banderas a sus camiones. Los gestores de la marcha local se movían con poco entusiasmo, lo que denotaba cierto desaliento, evidencia de un bajo poder de convocatoria. Las  noticias de la tarde no mostraban el  “apocalipsis” presupuestado; el protagonismo del momento estaba en el Palacio presidencial, donde funcionarios  faltos de “muñeca” y temerosos redactaban un decreto que prohibía la entrada de la caravana a Santiago.  El país estaba funcionando con normalidad. Ese día, la Alameda de Santiago,  no era Chile.

El transporte de carga, demuestra  ser la actividad más expuesta, a la ola delincuencial que nos comienza a golpear con violencia.  Sus integrantes conocían las repercusiones  de este tipo de actos  delictivos por las noticias que llegaban  del robo a camiones provenientes de otros países, en especial de Argentina.  Hay rutas cercanas a Santiago como la carretera que lleva a San Antonio, donde este tipo de  delitos son de ocurrencia diaria, pero como el seguro todavía paga, no tienen connotación pública.  Más aún, si los camiones asaltados,  pertenecen a empresas con grandes flotas.

Errores comunicacionales evidentes. Los camioneros de la protesta vincularon un  asunto delictual con la relación del Estado respecto a la etnia mapuche.  El error gubernamental, los  asustadizos,  evocando  aquellos que “quien se  ha quemado con leche, ve una vaca y llora”,  resucitaron en Palacio el espectro fantasmal de Gasparín Villarín financiado por la CIA y dispuesto a  incendiar al país por los cuatro costados.

En el encuentro sobre descentralización, por la tarde,  alguien se preguntó, ¿ Por qué todo tiene que ocurrir en Santiago?.  En la mentalidad centralista hay una obsesión incurable… La Alameda; ha pasado a ser como el anfiteatro donde mostramos las frustraciones y esperanzas nacionales. En el encuentro sobre descentralización  quedó en evidencia,  ¡ A la mitad de Chile que circula alrededor de la Alameda y los círculos cercanos al poder, les importa un pucho la autonomía regional y la descentralización!

Con mentalidad centralista, nos proponen un proyecto, donde  afirman que siendo Chile un Estado Unitario: “seguirá existiendo un representante del Presidente de la República”. Se dispone la elección de los intendentes por sufragio universal, pero paralelo a ello,  la designación en el mismo rango de un Gobernador Regional.   Prueba evidente de  desconfianza de la metrópolis en sus gobernados. La teoría de los círculos concéntricos… mientras más se alejan de la Alameda,  más incapaces para gobernarse a sí mismo.