Hondo pesar en comunidad educativa por deceso del profesor Bernardo Vera Jaraquemada, fundador del colegio Pierre Fauré

Hondo pesar en comunidad educativa por deceso del profesor Bernardo Vera Jaraquemada, fundador del colegio Pierre Fauré

Sorpresiva fue la partida del querido profesor Bernardo Vera Jaraquemada. Su deceso ocurrió la tarde noche del domingo recién pasado en su domicilio ubicado en la villa Capremer sector sur de Punta Arenas. Fue justamente su hija, Paula Vera quien se encargó de difundir entre los familiares y comunidad educativa del colegio Pierre Fauré de la inesperada partida de su padre.

A través de un comunicado interno en la comunidad educativa informó a los apoderados que el lunes, martes y miércoles de esta semana las clases quedarían suspendida como señal de duelo.

El papi Vera como muchos le decían con cariño, era oriundo de Codegua, en las cercanías de Rancagua y tuvo una destacada trayectoria como educador. su formación docente la inicio tras ingresar al seminario de los Hermanos Pasionistas y estuvo ahí hasta los 19 años. Egresó como profesor en 1967 de la Escuela Normal José Abelardo Núñez, después estudió Química en la Universidad Técnica del Estado y se licenció en Educación en la Universidad de Magallanes. También contaba con un postgrado en Dirección de Centros Educativos de la Universidad Autónoma de Barcelona, España.

Uno de sus principales desafíos educativos fue la creación del Colegio Pierre Fauré, en 1988, establecimiento inspirado en la educación personalizada y comunitaria siguiendo la filosofía y pedagogía del padre Pierre Fauré, sacerdote jesuita francés impulsor de este modelo de educación y de vida.

Está previsto que hoy se realice una ceremonia religiosa en el mismo recinto educativo, ubicado en Pérez de Arce Nº655. Allí a las 15 horas una misa se dará inicio y posteriormente un cortejo fúnebre se encaminará hasta el Cementerio Municipal y que, de acuerdo a los deseos de profesor, Bernardo Vera, sus restos serán cremados.

El profesor deja a su querida esposa, la profesora Liliana Szigethi, y sus hijos Claudio, Rodrigo y Paula, entre otros familiares.

Su hija Paula pidió que a su padre se le recuerde como un hombre de campo, sencillo, profundamente dedicado a la educación, “Llegó a dedo con un compañero y, estando en la zona, conoció a quien sería su esposa mi madre, él fue un amante de la naturaleza, el montañismo, la pesca, que inculcó desde pequeños a sus alumnos de excursionismo, honrado, buena persona y amigo, amaba su familia, sus amigos, la conversa en la mesa con rica comida y vino. Creía por sobre todo en sus alumnos y sus infinitas respuestas, en la dignidad del hombre, firme en sus creencias y convicciones. Trabajó por la Iglesia, en el Obispado y esos valores cristianos profundos que permean la educación personalizada y comunitaria que cree que el hombre se perfecciona cada día de su vida y la toma de conciencia te lleva al conocimiento interno, y que ser buena persona es lo más importante, ser un aporte a la sociedad… en todo amar y servir”.